Llevamos tiempo, años, tentados en adquirir un batidor danés o brodpisker, no porque realmente nos hiciera falta, pero nos gusta tener todos los utensilios que descubrimos y que son útiles (los que podemos, claro). Además, este batidor tiene un halo de artesanía y tradición culinaria que seduce, pero siempre dudamos de su utilidad.
Ahora sabemos que el batidor danés, de haberlo comprado, hubiera quedado olvidado en un cajón, pues está diseñado para mezclar masas densas, pero no para amasar masas de pan como las que solemos hacer nosotros, ricas en gluten. Además, el supuesto ahorro de tiempo que proporciona el batidor danés para mezclar los ingredientes, podréis ver a continuación que no es tal.
Pero antes vamos a conocer un poco más qué es el batidor danés, también conocido como batidor de masa (danish dough whisk en inglés y brodpisker en danés), su historia y por qué es útil para masas densas. Lo cierto es que tiene un origen incierto, básicamente se sabe que se atribuye a los panaderos daneses que buscaban una herramienta eficiente para trabajar las masas de pan, bollería y pasteles típicos de la región.
Crearon una herramienta simple, pero más capaz para mezclar masas espesas y pegajosas que las cucharas de madera o los batidores convencionales. Lo cierto es que se aprecia una evolución natural de los utensilios rudimentarios utilizados por generaciones de panaderos. Como podéis ver en las fotos, el batidor danés consiste en un mango largo y grueso para que sea cómodo de coger, y un alambre grueso y rígido en su extremo, con una forma muy particular.
Esta forma permite mezclar rápida y uniformemente ingredientes secos y húmedos. Según sus usuarios, el bucle grande del batidor ayuda a integrar los ingredientes en la mezcla inicial, cortando los grumos y distribuyendo uniformemente los componentes. Y el bucle pequeño interno proporciona un punto adicional de contacto para asegurar que los ingredientes se mezclen completamente, sin dejar acumulaciones en el fondo del recipiente.
Esta es una explicación general, porque ya veis que hay varios diseños. También parece ser importante el ángulo que tiene el mango y el alambre, configurando un diseño ergonómico que permite un movimiento más natural y fluido de la mano al mezclar, reduciendo el esfuerzo en la muñeca. Pero hasta ahí llega, mezcla los ingredientes, pero para conseguir una masa que desarrolle gluten como buscamos con el pan, después hay que amasar a mano.
Así que a quienes nos gusta trabajar los ingredientes con las manos, no nos hace falta esta herramienta para mezclarlos, podemos hacerlo igual y no debe variar mucho el tiempo que se tarda en mezclar con el batidor danés que de forma manual. Claro, que hemos leído algunas opiniones que dicen que después de mezclar, puedes pasar la masa con una rasqueta rígida, amasar en una bolsa… Será para quienes no les guste ensuciarse las manos.
Pero, ¿realmente a los daneses no les funciona este batidor? ¿Por qué ha ganado popularidad entonces? Pues resulta que la popularidad ha aumentado a la vez que el interés por hacer pan casero, pero como ya intuíais, no es lo mismo hacer masas con harinas típicas de los panes nórdicos, pegajosas, densas y con poco gluten, que masas con harinas ricas en proteínas, como las de trigo de media fuerza o de fuerza, que requieren un buen amasado.
El batidor danés funciona bien con las masas con poco gluten
La forma abierta del alambre permite mezclar masas densas sin que se apelmacen o queden atrapadas, lo que facilita una integración uniforme de los ingredientes. Además, evita sobrecargar la masa con aire, algo deseable en panes densos como el pan negro o de centeno.
Las harinas de centeno, espelta y combinaciones de harinas integrales tienen menor capacidad de formar gluten que la harina de trigo blanco, por lo que tampoco necesitan un amasado intensivo para desarrollar gluten. Las harinas ricas en proteínas, como las harinas de trigo panadero (12-14% de proteínas), necesitan ser trabajadas para desarrollar su red de gluten y formar una masa elástica. Esto requiere fuerza y/o tiempo de amasado, y el batidor danés no ayuda.
A continuación os dejamos un vídeo que puede ilustraros un poco más sobre lo que hemos comentado. Y cómo no, estamos seguros de que algunos de vosotros tenéis este utensilio de panadería y podréis contarnos vuestra experiencia, el uso que le dais… Lo que os apetezca, contádnoslo que os leemos.
Fotos | Amazon