Nos encanta el bacon, pero la verdad es que lo consumimos ocasionalmente, y siempre comprando las lonchas a granel para comprar sólo las que vamos a gastar y también para prescindir de un envase plástico, todo sea dicho. Pero tiempo atrás hemos comprado muchas veces paquetes de bacon o panceta ahumada, y a menudo nos encontrábamos con el problema de que teníamos que comer una segunda y/o tercera vez este producto en la misma semana, aunque no nos apeteciera, para no tener que tirarlo.
Y es que el bacon envasado suele ir en paquetes con demasiada cantidad, no para todos, claro, si se es familia numerosa puede ser ideal, pero si en una familia de dos, tres o cuatro miembros se utiliza el bacon para hacer un plato de pasta, un par de tostadas o simplemente se cocinan un par de lonchas para un desayuno de los que gustan disfrutar ocasionalmente, lo que sobra del paquete se puede quedar olvidado en la nevera y posiblemente acabe estropeándose.
Pues bien, con el truco de cocina que hoy compartimos con vosotros, esto no va a suceder, se acabó el bacon o la panceta ahumada convertida en desperdicio alimentario, es más, a partir de ahora vais a tenerlo a mano siempre que os apetezca, porque el bacon se puede congelar y os vamos a explicar cómo hacerlo para que sea fácil descongelar la cantidad necesaria, loncha a loncha.
Posiblemente estéis pensando en hacerlo como normalmente congeláis los filetes de carne, por ejemplo, poniendo papel vegetal o parafinado, o film de cocina entre loncha y loncha, que bien podría ser una forma de hacerlo, pero no es tan cómodo y práctico como el sistema que podéis ver ilustrando estas líneas y que hemos encontrado en la página The Kitchn.
Como podéis ver, las lonchas de bacon o panceta se enrollan formando un cilindro para congelarlas, pero como sucede con otras cosas que congelamos y que queremos que no queden pegadas, véase por ejemplo la masa de las galletas para hornear, el plátano troceado, el tofu cortado en cubos… primero se extienden en una bandeja y se introduce en el congelador, y cuando ya se han congelado los cilindros de bacon, se pasan a una bolsa o a un táper para que estén protegidos del frío y de los olores, y para que ocupen menos espacio.
Así, cada vez que queramos añadir bacon a una receta, podremos coger tantas lonchas como deseemos porque estarán separadas, y descongelarlas dejándolas a temperatura ambiente o en el microondas, según necesidades. También se pueden incluir en la receta sin descongelar, de hecho, será más fácil y menos pringoso cortar el bacon cuando esté medio congelado.
Fotos | Christine Gallary