A finales del año 2009 podíamos saber que China aprobaba el arroz transgénico, en su momento manifestamos que no nos sorprendía dado el cambio de política que había realizado el país en torno a los alimentos transgénicos, pasando de rechazarlos totalmente a tener una especial predisposición a aceptarlos. Una de las razones de ello era que el país no quería quedarse descolgado de los avances biotecnológicos en el campo de la agricultura y los supuestos beneficios que conllevan. Pues bien, igual que pasó con el arroz transgénico LL62 en Estados Unidos, el arroz transgénico chino se escapa de los centros de investigación y se expande por diferentes regiones del país.
Esto demuestra que los campos experimentales supuestamente rigurosos y controlados sin que exista posibilidad de contaminación transgénica, no son lo que aparentan. En realidad podríamos sospechar que la aparición de arroz transgénico chino en diferentes lugares de este país ha sido algo provocado, y más sabiendo que a finales del año pasado, el Gobierno del país impulsaba una nueva legislación de alimentos transgénicos en China. Una fuerte campaña impulsada por los investigadores chinos respaldaba la modificación genética argumentando que era la alternativa más efectiva para garantizar la alimentación de la población, resistir las plagas, los cambios climátológicos, etc.
El Ministerio de Protección Ambiental chino preparaba una ley sobre seguridad de los transgénicos a nivel general, y no se tenía constancia de cuándo se daría a conocer. En el mes de enero se aseguraba que sólo se cultivaban alimentos transgénicos en los campos experimentales, craso error. El Ministro de Medio Ambiente del país anunció a finales del pasado mes de abril que las semillas supuestamente controladas estaban presentes en varias regiones y la razón indicada es el poco rigor científico en la gestión de los campos experimentales, algo que no nos creemos.
Ante esta situación es lógico pensar que se precipite la legislación sobre transgénicos y forzosamente sea aprobado a nivel nacional el cultivo de arroz transgénico. Recordemos que con el arroz transgénico LL62, la contaminación en Estados Unidos era tal, que a pesar de los peligros asociados al glufosinato, producto con el que se trata esta variedad de arroz, no hubo más remedio que aprobarlo para consumo humano y comercializarlo. Bayer, la compañía responsable, argumentó que la contaminación se produjo por causa mayor, ver para creer. Desde hace años, la organización ecologista Greenpeace denuncia la presencia del arroz modificado genéticamente en varios mercados del país, denuncias que evidentemente caen en saco roto.
El Gobierno chino está totalmente a favor de la biotecnología y ya se han autorizado diferentes cultivos modificados genéticamente, el maíz transgénico, frutas, verduras, etc. Por supuesto, también está aprobada la importación de productos como la soja transgénica u otros productos. La carrera biotecnológica en China es imparable, empresas como Monsanto se frotan las manos, y es que se trata de un mercado emergente que puede reportar cuantiosos beneficios. Según hemos podido saber, Ma Wenfeng, analista especializado en el mercado de los cereales, en teoría la legislación y comercialización podría iniciarse el próximo año, aunque apunta que el Estado no permitirá que sea a gran escala, eso si que es algo difícil de creer, como hemos dicho, se ha localizado arroz transgénico chino en varias zonas y el año que viene se esparcirá todavía más.
Algunos investigadores y organizaciones ecologistas advierten sobre el riesgo de los alimentos transgénicos, esos efectos impredecibles y desconocidos que pueden encerrar a largo plazo y que podrían afectar seriamente a la población del país. El debate sobre patentar la vida se reabre, las variedades de arroz que contienen el gen Bt, están patentadas por Monsanto, por lo que esta compañía podría reclamar los derechos y por tanto los beneficios se incrementarían exponencialmente. Seguro que llegan a un acuerdo y la empresa biotecnológica podrá experimentar y aprobar otros tipos de alimentos transgénicos en suelo chino a cambio de no pedir la indemnización. Pronto conoceremos más detalles al respecto.
Foto | Ian Chen