Según los resultados de una investigación llevada a cabo por expertos de la Universidad de Tokio (Japón), el arroz será menos nutritivo a medida que aumente el nivel de CO2. Como sabemos, el arroz es uno de los alimentos básicos y de los más importantes del mundo, es fuente de vitaminas, proteínas y calorías para una buena parte de los habitantes de los países en vías de desarrollo y un alimento importante para las comunidades con economías más deprimidas dentro de los países desarrollados.
En el caso de los países cuya población realiza un mayor consumo de arroz por ser uno de los alimentos básicos, se enfrentan a un aumento de la desnutrición a medida que se produzca un aumento de los niveles de CO2 (dióxido de carbono) en la atmósfera y se reduzcan sus valores nutricionales. Los expertos han analizado muestras de arroz cultivadas con concentraciones de dióxido de carbono similares o más elevadas a las esperadas para la segunda mitad de siglo obtenidas de campos experimentales, para analizar su contenido en vitaminas B1, B2, B5 y B9, el contenido en proteínas y elementos químicos esenciales como el zinc y el hierro.
Los resultados mostraron una reducción de los nutrientes analizados en varias muestras, aunque los expertos comentan que no es algo que ocurrió en todas las variedades de arroz estudiadas, lo que da pie a desarrollar nuevos proyectos de investigación para determinar qué variedades de arroz podrían seguir siendo nutritivas a pesar de los cambios que se produzcan sobre el contenido de CO2 en la atmósfera. Aunque también se podría investigar el modo de intentar mitigar los efectos del CO2 en esas variedades más susceptibles a la pérdida de nutrientes.
Por tanto, se puede deducir que las investigaciones que se llevan a cabo para el desarrollo de variedades de arroz tolerantes a la salinidad a fin de aumentar la producción mundial o de las variedades con un mayor contenido en hierro, zinc y betacaroteno para luchar contra la malnutrición, entre otras investigaciones, deberían tener en cuenta los resultados de este nuevo estudio e introducir en los resultados las variaciones de los niveles de dióxido de carbono.
Cierto es que se necesita aumentar la producción de alimentos para poder satisfacer las necesidades alimentarias de la población en las próximas décadas, pero también es necesario que los alimentos sean, al menos, tan nutritivos como los actuales. En las investigaciones antes citadas no se ha introducido el aumento de CO2 en las próximas décadas como factor que afecte al carácter nutricional, por lo que, quizá, los resultados positivos que se obtienen en la actualidad no sean de importancia en un futuro a medio plazo.
En este nuevo estudio, el arroz analizado procedía de campos de investigación situados en China y Japón, estos campos cuentan con un sistema de tuberías por las que se libera CO2, y una red de sensores que se encargan de medir el dióxido de carbono liberado para poder determinar la relación entre los valores de CO2 depositados mediante esta técnica denominada enriquecimiento de dióxido de carbono al aire libre, y el valor nutricional del arroz. Los campos de investigación se encuentran al aire libre, ya que está demostrado que las plantas no crecen del mismo modo en un invernadero que en un espacio abierto, además, el objetivo es intentar mantener las mismas condiciones en las que los agricultores de las próximas décadas cultivarán el arroz.
En la investigación se analizaron 18 variedades diferentes de arroz de las que nueve se cultivaron en China, en todas se analizó su contenido nutricional en base a los niveles de CO2 detectando que en algunas variedades se reducía, ante el aumento de dióxido de carbono. Esto hace pensar que algunas poblaciones podrían experimentar deficiencias de estos nutrientes en el futuro, de todos modos, los investigadores consideran que es necesario llevar a cabo un estudio más detallado, que examine qué cantidad de cada nutriente deriva del arroz en comparación con otras fuentes alimentarias, para evaluar completamente las preocupaciones de salud pública planteadas por la nueva investigación.
Podéis conocer todos los detalles del estudio a través de este artículo publicado en la revista científica Science Advances.
Foto 1 | IAEA Imagebank
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