El anacardo (Anacardium occidentale) es considerado un fruto seco, pero en realidad es la semilla de un árbol perenne originario de Brasil y parece ser que fueron los colonizadores portugueses los que, atraídos por sus propiedades nutricionales, llevaron las semillas a la India y posteriormente fueron introduciéndose en el sudoeste asiático y África, aunque el mayor productor continúa siendo Brasil junto a la India y África occidental.
La semilla del anacardo se encuentra en el interior de una nuez que forma parte del fruto junto al pseudofruto, la cáscara de la semilla contiene un aceite o resina tóxica que se debe eliminar antes de extraer el anacardo, si no se hace correctamente la semilla se debe desechar.
Esta es una explicación de por qué los anacardos siempre se comercializan pelados, además de no estar crudos, ya que generalmente reciben un tratamiento de calor para ser extraídas, excepto en Indonesia, donde parece ser que tienen una técnica y herramientas especiales para abrir la cáscara sin exponer al anacardo al producto tóxico. De este modo se consigue el anacardo crudo, más dulce y más nutritivo.
El anacardo, se conoce originariamente como caju (cashú), que deriva de acajum en un dialecto indígena de Brasil. Recibe otros nombres en otros países, como castaña de cajú en Argentina, marañón en Perú y Colombia, nuez de la India en México, merey, cajuil…
El pseudofruto del árbol del anacardo es como una manzana o una pera, del que se distinguen dos tipos, el amarillo y el rojo. Esta ‘fruta’ es poco consumida fuera del país de cultivo, pero es apta para tomar fresca y también se pueden hacer mermeladas, jaleas, vinagres, zumos, bebidas alcohólicas…, pero sólo un 6% de la producción total tiene garantía de venta. En cambio, los anacardos como fruto seco son altamente demandados, casi tanto como las almendras.
Los anacardos son muy ricos nutricionalmente hablando, también en cuanto a sabor, tanto tostados, como fritos, aderezados con curry, con miel… Proporcionan algo más de 500 kcal. por cada 100 gramos, son ricos en vitaminas del grupo B (B1, B2, B3, B5, B6 y B9) entre otras, y destaca en el aporte de minerales como el magnesio, el potasio, el fósforo o el zinc, sin olvidar los ácidos grasos insaturados, los carbohidratos, las proteínas y la fibra.
Como la mayoría de frutos secos, los anacardos deben consumirse en pequeñas cantidades dado su elevado aporte energético, por eso están especialmente recomendados para deportistas o personas que realizan actividades con gran desgaste físico, aunque cabe destacar que es uno de los frutos secos que causan alergia a las personas sensibles a las Anacardiáceas.
Foto 2 | Abhishek Jacob