Hace aproximadamente un año la FSA (Food Standards Agency), iniciaba un estudio para determinar el grado de contaminación por bacterias Campylobacter de los pollos en fresco que se comercializan en el Reino Unido, los primeros resultados mostraban que casi un 60% de los pollos que se comercializan en el país están contaminados por esta bacteria, una de las principales causas de intoxicación alimentaria en los países desarrollados. Poco después un reportaje de investigación de The Guardian ponía al descubierto las prácticas de la industria avícola, destacando los problemas de higiene en la manipulación y procesado de los pollos.
La información se ha ido ofreciendo gradualmente a medida que se avanzaba en el estudio, a finales del año pasado la Agencia de Normas Alimentarias del Reino Unido informaba que a pesar de los datos dados a conocer sobre el problema de la contaminación, los supermercados seguían vendiendo pollos contaminados y no se habían adoptado las medidas oportunas para evitar la presencia de la bacteria. Nos sorprendía saber que los funcionarios de Salud Pública aseguraban que no existía una legislación adecuada, y para evitar que los precios se incrementaran la industria avícola no aplicaba las medidas oportunas que permitieran reducir la contaminación de los pollos.
Pues bien, ayer se publicaron los datos oficiales y el informe de los resultados acumulados durante 9 meses de investigación sobre la presencia de bacterias Campylobacter en los pollos comercializados en el país. Según los resultados, hasta la fecha (en mayo se publicará el informe completo y definitivo), el 73% de los pollos que se comercializan en el Reino Unido están contaminados. Se destaca el grado de contaminación de cada muestra recogida, los investigadores han encontrado más de 1.000 unidades formadoras de colonias por gramo (> 1.000 ufc / g), se trata de un grado de contaminación bastante elevado. Hay que tener en cuenta que una dosis infectiva pequeña es capaz de causar la enfermedad.
Hasta el momento más de 3.000 muestras de pollo entero fresco y sus correspondientes embalajes han sido analizados, y aunque se han detectado variaciones del grado de contaminación entre los minoristas que comercializan los pollos, ninguno de ellos está cumpliendo con el objetivo de reducir la presencia de Campylobacter. Muy pocas cadenas de minoristas han trabajado para evitar comercializar pollos contaminados, la FSA destaca el informe del plan de acción (Pdf) de la empresa minorista Marks & Spencer en toda su cadena de suministros. Tras la implementación de este plan que contempla cinco puntos de actuación, se ha logrado reducir la presencia de la bacteria de forma significativa.
La FSA ha acogido con satisfacción la iniciativa de Marks & Spencer, ya que demuestra que es posible lograr avances positivos y reducir la presencia de Campylobacter en la carne de pollo. La agencia concluye que si un minorista ha llevado a cabo un plan de acción con intervenciones sistemáticas y con resultados tan positivos, otros pueden y deben hacerlo. Los resultados que ha ido publicando gradualmente la Food Standards Agency son un modo de presionar a quienes comercializan los pollos, para que trabajen con industria avícola del país que solucione los problemas de higiene en la manipulación y procesado de los pollos, reduciendo así la presencia de la bacteria. De este modo se lograrán reducir los casos de toxiinfección alimentaria en el país que se calcula que afectan a unas 280.000 personas por año.
Sorprende que se deba recurrir a la difusión de la información para lograr que no se comercialice pollo contaminado en el Reino Unido, lo coherente sería legislar sobre el tema y sancionar a aquellas empresas que no cumplieran las normas. Lo que no tiene sentido es que la industria avícola sopese si merece la pena poner en marcha los mecanismos que garanticen la inocuidad de la carne de pollo, parece que consideren que la inversión que deben realizar no compensa, de ahí que sea necesario solucionar el problema por ley, algo de lo que todavía no se hablado. Los expertos han sugerido a la industria que congele los pollos, ya que a través de esta práctica se lograría reducir hasta en un 90% el nivel de contaminación, también han lanzado recomendaciones a los consumidores para que no laven los pollos entre otros consejos.
De todos los minoristas que operan en el Reino Unido, la FSA destaca que la cadena Tesco es la única que tiene una menor incidencia de pollos contaminados por Campylobacter con un 68’2% de las muestras. También destaca que la cadena Asda es el minorista que tiene una mayor incidencia de pollo contaminado al más alto nivel, con un 78’9% de las muestras. Suponemos que los consumidores del Reino Unido considerarán estos resultados y no comprarán pollo en Asda, esto debería obligar a la cadena a adoptar medidas tal y como ha llevado a cabo Marks & Spencer, ya que de lo contrario peligran sus ventas y confianza.
Como ya decíamos en su momento, actualmente no es una buena idea comprar pollo en el Reino Unido, consejo que le daríamos a los españoles y a todos los que viven allí, el riesgo de sufrir una intoxicación alimentaria es demasiado elevado. Hay que tener en cuenta que hace relativamente poco que la FSA se ha puesto las pilas para solucionar este problema que se arrastra desde hace años por la falta de legislación. A través de este artículo publicado en la FDA podréis conocer con detalle los resultados de los análisis realizados hasta el momento.
Foto | USDAgov