Una investigación internacional en la que han participado expertos de Estados Unidos, Australia, Suiza y Alemania, ha calculado el efecto de los eventos climáticos como la sequía, las olas de calor y de frío, un elevado nivel de precipitaciones, etc., en la variabilidad del rendimiento de los cultivos básicos del mundo, como la soja, el trigo, el arroz y el maíz. Los resultados muestran una preocupante reducción en el rendimiento de estos cultivos, calculándose a nivel general, unas fluctuaciones de entre un -20% y un -49%.
El objetivo de la investigación era conocer con más detalle el impacto de las condiciones climáticas extremas en los rendimientos agrícolas, para ello, los expertos utilizaron una base de datos agrícola mundial de gran resolución, así como los datos relativos al clima y los eventos climáticos extremos. Posteriormente los datos fueron analizados por un algoritmo de aprendizaje automático, con el que se descubriría qué factores climáticos fueron los que más influyeron en la alteración de los rendimientos de los cultivos.
Los expertos del Centro de Excelencia para los Extremos Climáticos (ARC), consorcio internacional de investigación financiado por el Consejo de Investigación Australiano y formado por cinco universidades australianas y una red de organizaciones nacionales e internacionales, comentan que los factores climáticos más importantes que afectan a las variaciones en el rendimiento están relacionados con las temperaturas y no con las precipitaciones. Es lo que esperaban dada la temperatura media en la estación de crecimiento de los cultivos, así como las temperaturas extremas que desempeñan un papel significativo en la predicción de los rendimientos de los cultivos.
La investigación ha encontrado una serie de puntos calientes a nivel mundial, se trata de importantes áreas productoras a nivel mundial que son más susceptibles a la variabilidad climática y a los eventos climáticos extremos. Estos puntos calientes localizados en América del Norte (soja y trigo de primavera), Asia (arroz) y Europa (trigo de primavera), son importantes en la producción de los alimentos mencionados a nivel mundial, pero, al mismo tiempo, están fuertemente influenciados por la variabilidad del clima y los extremos climáticos.
Se habla de estos puntos y su relación con los mercados globales, pero esta no es la única preocupación, ya que fuera de estas regiones productoras, es decir, en aquellas de pequeñas comunidades que dependen de la agricultura para subsistir, las variaciones del rendimiento (fracaso) de los cultivos básicos puede ser devastador. Según los resultados del estudio, se ha encontrado una sólida relación del rendimiento del maíz en África durante la estación de crecimiento, con la variabilidad climática. Los resultados muestran que África tiene una elevada dependencia de las condiciones climáticas en la producción alimentaria, hay que tener en cuenta que la mayor parte de la producción de trigo de este continente, se destina al consumo humano, lo que supone una grave amenaza para la seguridad alimentaria de África.
Como sabemos, el cambio climático hará modificaciones aumentando las probabilidades de que aparezcan eventos climáticos extremos en muchas regiones del planeta, lo que obliga a adaptar cuanto antes la producción de alimentos a estos cambios. Claro, que sólo se habla de los eventos climáticos, si añadimos variables como el aumento de la presión de las plagas, las pérdidas de rendimiento serán probablemente mucho más significativas. En este sentido merece la pena retomar la lectura de este post, en el que tratábamos este tema.
También es necesario tener en cuenta otros factores, no sólo la reducción del rendimiento, recordemos que algunos estudios han apuntado que el aumento de las emisiones de CO2, provocará que los alimentos sean menos nutritivos, reduciéndose el nivel de diferentes vitaminas y otros elementos químicos esenciales como puede ser el hierro y el zinc, así se concluía en este estudio realizado por expertos de la Universidad de Tokio (Japón), y en este otro realizado por investigadores del Global Change Research Program (GCRP) de Estados Unidos.
Los investigadores explican que para aumentar la resistencia de los cultivos a los eventos climáticos extremos es necesario realizar un esfuerzo coordinado a nivel local, regional e internacional, sólo de este modo se podrá reducir el impacto negativo de las variaciones del rendimiento para los agricultores y las comunidades que dependen de la agricultura. Pero quizá hay que ir más allá y tener en cuenta soluciones como la redistribución de los cultivos en el mundo, es decir, que los cultivos se produzcan en aquellas zonas en las que, por el cambio climático, se están volviendo más favorables a la producción de alimentos que antaño eran inviables.
El estudio que podéis consultar en este artículo publicado en ARC, y en este otro publicado en la revista científica Environmental Research Letters, es una de las piezas del puzzle del cambio climático, el calentamiento del planeta y sus consecuencias. La seguridad alimentaria está en riesgo y no depende sólo de aumentar la producción alimentaria, son varios los factores a tener en cuenta que van a complicar que se pueda alimentar a la humanidad en el futuro.
Foto 1 | Olivier Bacquet
Foto 2 | Alternative Heat