Las nueces son uno de los frutos secos más ricos en ácidos grasos esenciales Omega 3 (linolénico), ácidos grasos poliinsaturados, su aporte es similar al que proporciona el pescado azul. El «problema» de las nueces es que también aporta ácidos grasos Omega 6, y el organismo necesita equilibrio entre estos dos ácidos grasos para que la acción reguladora del sistema cardiovascular y preventiva de las enfermedades cardiovasculares sea efectiva, pero sobre esto hablaremos en breve con detenimiento.
El tema es que se ha realizado un estudio para determinar la efectividad de los ácidos grasos Omega 3 del pescado y las nueces, es decir, si los ácidos grasos Omega 3 procedentes del pescado tienen efectos similares sobre el colesterol y el sistema cardiovascular que los ácidos grasos Omega 3 de los vegetales, en este caso los que proporcionan las nueces.
El estudio ha sido realizado por la universidad californiana de Loma Linda en 25 adultos sanos que realizaron tres dietas aleatorias (una dieta con 42 gramos aproximadamente de nueces, una dieta de pescado con dos raciones semanales de 120 gramos aproximadamente de salmón, y una dieta de control basada en las recomendaciones de la USDA) durante ocho semanas en un total de 24 semanas, así se pudieron comparar los resultados de cada una de las dietas en cada individuo. Los resultados se han publicado en la American Journal of Clinical Nutrition.
Una de las conclusiones sobre la comparativa de la ingesta ácidos grasos Omega 3 procedentes del pescado y de las nueces, es que en ambos casos se reduce el riesgo de sufrir una enfermedad coronaria, pero que las nueces ayudan a reducir los niveles del colesterol ‘malo’ (LDL) más que el pescado, mientras que el pescado se comporta mejor frente a los triglicéridos, además aumenta los niveles de colesterol ‘bueno’ (HDL). La recomendación es combinar alimentos para una eficaz prevención de las enfermedades cardiovasculares.
La Universidad de Loma Linda está volcada en las ciencias de la salud, es reconocida por sus continuas investigaciones sobre la nutrición y su relación con la salud, de hecho, se han realizado varios estudios sobre las nueces descubriendo así sus beneficios, pero este es el primer estudio que realizan comparando estas dos fuentes de Omega 3.
La dieta Mediterránea contempla la ingesta de pescados azules y de frutos secos entre muchos otros alimentos que como sabemos, son nuestra mejor medicina. Es evidente que a cada nuevo estudio que se publica sobre los beneficios de los alimentos, nuestra dieta se ve cada vez más beneficiada, cosa que además de favorecer la salud de la población que la sigue, puede favorecer a la Candidatura Dieta Mediterránea como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
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