Aunque Drop Stop lleva tiempo en el mercado, es un accesorio para el vino tan práctico que lo vamos a recordar y a dar a conocer para quien no lo haya visto todavía, porque además de útil, es un detalle para regalar que siempre será bien recibido, sea a profesionales o a aficionados a la enología, incluso para quienes sólo toman vino de vez en cuando.
Drop Stop es un genial invento del danés Brian Vang Jensen que ya se ha distribuido a más de 40 países. Como veis en la foto se trata de dos sencillos discos que se enrollan y se ponen en la boca de la botella, lo que se consigue con estos discos es evitar que caiga la terrible gota de vino después de servirlo.
Además de ser un accesorio muy económico en su primera compra, puede salir el juego de dos unidades por 3 o 4 euros, sale aún más barato porque es reutilizable, sólo hay que lavar el Drop Stop con agua y listo.
Su color plateado y brillante hace que este accesorio resulte incluso elegante, aunque se puede personalizar. Muchas bodegas o tiendas de vinos encargan estos discos con su logotipo o marca para regalarlos a los clientes.
La primera impresión puede ser de obsequio insignificante, pero cuando te acostumbras a usarlo y a ver la mesa o la servilleta limpia de manchas de vino, no puedes prescindir de él.