Que la comida no hay que tirarla lo sabemos todos, así que si sobra algo de comida cocinada se puede guardar y después recalentar y a comer, aunque también está la opción de crear otro plato con las sobras y disfrutar de una comida diferente sin desperdiciar alimentos. Se habla mucho del derroche de alimentos porque ciertamente, se tira demasiada comida en toda la cadena alimentaria, pero centrándonos en las sobras de comida, hay que decir que también es necesario instruir sobre cómo manipularlas, pues no se trata simplemente de meter el guiso que ha sobrado en un táper y a la nevera.
Hay varios factores a tener en cuenta a la hora de guardar las sobras de comida para que éstas sigan siendo aptas para consumo, pues si no se siguen una serie de reglas relacionadas con la higiene y con el objetivo de impedir el desarrollo de los microorganismos, tendremos que acabar tirándolas, o lo que es peor, si se comen después de una manipulación y almacenamiento incorrectos, se está exponiendo a los comensales a una intoxicación alimentaria.
Todos sabemos que los alimentos cocinados que sobran de la comida se deben guardar en el frigorífico si se van a consumir pronto, o en el congelador si se quieren conservar más tiempo. Y lo recomendable es que no pasen más de dos horas desde que se cocinaron hasta el momento en el que se ponen en frío, algo fácil, pues se cocina, se come y se recoge la mesa y la cocina en menos de una hora en la mayoría de ocasiones. Este tiempo recomendable puede variar según cuál sea la temperatura ambiente.
Partiendo de este importante detalle, vamos a ver doce consejos para guardar las sobras con seguridad, puede que algunos se pasen por alto porque se realizan de forma sistemática, pero también vais a conocer algunas recomendaciones que pensaréis que son muy lógicas, pero no las habíais puesto en práctica anteriormente. Esperamos que con esta información sobre la manipulación segura de las sobras, se consigan desperdiciar menos alimentos y evitar problemas de salud.
– Hay que lavarse las manos antes de manipular las sobras de comida, y también hacer uso de utensilios limpios.
– Es necesario refrigerar o congelar la comida cocinada cuanto antes, si ha pasado más de cuatro horas a temperatura ambiente, lo mejor es tirarla.
– Guardar las sobras en un recipiente limpio y que pueda cerrarse herméticamente, nunca se deben guardar en el recipiente en el que se ha cocinado, ni en el plato de servicio.
– Si hay mucha cantidad de comida sobrante no debe guardarse en un gran recipiente, pues tardaría más tiempo en enfriarse (y pasar la franja de crecimiento microbiano), conviene hacer raciones pequeñas para guardarlas en recipientes independientes, a menor volumen, mayor rapidez de enfriamiento, sea en el frigorífico o en el congelador. De este modo también se facilita la preparación de una ración de comida cuando se vaya a comer.
– No llenar demasiado los recipientes con las sobras si se van a congelar, sobre todo si hay líquidos, pues en el proceso de congelación hará falta espacio para la expansión.
– Los recipientes en los que se van a guardar las sobras se pueden enfriar previamente en el congelador o con agua helada, de este modo enfriará antes la comida sobrante y se minimizará el calor que la comida caliente podría transmitir al resto de alimentos guardados en el frigorífico o en el congelador. Para facilitar el enfriamiento del táper y que sea uniforme, conviene dejar espacio a su alrededor cuando se coloque en el congelador o en el frigorífico.
– Etiqueta los recipientes en los que guardes las sobras, indica su contenido, las raciones que contiene y la fecha en la que se ha guardado.
– No dejar más de dos días las sobras en el frigorífico, pues el frío de este electrodoméstico no destruye los microorganismos, sólo hacen que su desarrollo sea más lento.
– Para descongelar las sobras, sacarlas el día antes del congelador y dejar que se vayan descongelando lentamente en el frigorífico.
– Recalentar las sobras de modo que alcancen, cómo mínimo los 70º C, en el caso de tratarse de sopas, cremas, salsas, guisos con jugos…. es preferible llevarlos a ebullición. Remover bien la comida para asegurarse de que se calienta de forma homogénea. Procurar tapar el recipiente en el que se recalienta para concentrar el calor.
– Antes de servir unas sobras de comida, revisar que estén en buen estado, no es difícil que el olfato, la vista y el gusto reconozcan si una comida está en proceso de descomposición. Ante la duda, mejor tirar la comida que enfermar.
– No recalentar las comidas más de una vez, si quedan sobras de las sobras, no se pueden volver a guardar, hay que tirarlas.
Foto | Carissa Rogers