Desde el pasado 1 de julio las bolsas de plástico han dejado de ser gratuitas en todos los comercios, y a partir del año 2021 se prohibirá la venta de bolsas, incluidas aquellas que se consideran ligeras y que se emplean para la fruta y la verdura. Actualmente encontramos que algunos tipos de bolsas se cobran y otras no, y muchos consumidores no conocen las diferencias de los diferentes tipos de bolsa que se encuentran en el mercado, ni saben qué bolsas son mejores para cuidar el medio ambiente. Pues Greenpeace ha publicado un artículo sobre los diferentes tipos de bolsas de plástico y explica cuáles son las mejores bolsas que se pueden utilizar.
Las bolsas de plástico muy ligeras son aquellas que se ofrecen en la sección de frutas y verduras, en la carnicería y en la pescadería, y las que se encuentran para la venta de productos a granel en tiendas, mercados y supermercados. Son bolsas que tienen menos de 15 micras de espesor, son gratuitas por razones de higiene y se utilizan para contener los alimentos antes descritos. Estas bolsas estarán prohibidas a partir del año 2021, ya que son de un solo uso y se asocian al daño medioambiental.
Las bolsas de plástico ligeras son aquellas que tienen un espesor entre 15 y 50 micras, son las que se encuentran en la mayoría de establecimientos de todo tipo y se utilizan para transportar la compra. En el Real Decreto sobre reducción del consumo de bolsas de plástico se estableció la obligación de cobrarlas a los consumidores a fin de intentar desalentar su uso, y algunos establecimientos ya las cobraban antes de entrar en vigor este decreto. Este tipo de bolsas son de un solo uso y serán prohibidas a partir del año 2021, pues como en el caso de las bolsas muy ligeras, dañan al medioambiente.
El tercer tipo de bolsa hace referencia a las bolsas de plástico gruesas con un espesor de 50 micras, son las que se utilizan habitualmente en tiendas de ropa y otros establecimientos, incluidos algunos supermercados. Este tipo de bolsas no aparecen en el Real Decreto (Pdf) por lo que no se deben cobrar, pero a partir del año 2020 entra en vigor la obligación de que en su composición, integren como mínimo un 50% de plástico reciclado. Son bolsas de un solo uso y dañan igualmente el medioambiente, por lo que lo lógico habría sido prohibirlas también.
Las bolsas de plástico oxodegradables o fragmentables son el cuarto tipo de bolsa, son aquellas que se han fabricado con materiales plásticos que incluyen aditivos que catalizan la fragmentación del material plástico en micro fragmentos, es decir, que aceleran su fragmentación cuando están presentes en el medioambiente. La pega con este tipo de bolsas es que los consumidores nunca sabrán si la bolsa que los establecimientos dan de forma gratuita o la cobran es de este tipo, ya que las encontramos tanto ligeras como gruesas y no contienen un sello distintivo que las identifique. Hay que aclarar que en esta categoría también se incluyen los tipos fotofragmentables, termofragmentables y hidrofragmentables, todas se fragmentan en microplásticos (partículas que encontramos en peces del ecosistema marino y en peces de agua dulce, y por ello estarán prohibidas a partir del año 2020.
El quinto tipo son las bolsas de plástico biodegradables, fabricadas con un porcentaje de materiales vegetales que se disuelven orgánicamente en unos meses y se convierten en abono. Lamentablemente una gran mayoría de este tipo de bolsas contienen un porcentaje significativo de plástico, aunque es cierto que se han lanzado algunos modelos al mercado que son 100% biodegradables y 100% compostables, por lo que al descomponerse no dejan residuos tóxicos gracias a la acción microbiológica. Volviendo a las que contienen un porcentaje elevado de plástico, estas pueden ser ligeras o muy ligeras y para que se consideren biodegradables deben cumplir una serie de requisitos que no convencen. Greenpeace comenta que al no degradarse completamente son una solución falsa, ya que en el medio marino no se dan las condiciones para que se degraden completamente. Se proponen como una buena alternativa para las bolsas de plástico, se seguirán utilizando y se cobrará por ellas, por lo que la contaminación por plásticos de los océanos seguirá produciéndose.
El siguiente tipo son las bolsas de plástico compostables, son bolsas que contienen un sello identificativo y que pueden ser ligeras o muy ligeras. En este caso también pueden contener un porcentaje de plástico y se degradan sólo en condiciones específicas como las altas temperaturas y la aireación. Por tanto, existen condiciones medioambientales que no las degradan, así que es necesario que se lleven a plantas de tratamiento específicas. Este tipo de bolsas se cobran a un precio inferior al de las bolsas de plástico, se fomenta su uso, pero igualmente perjudican al medioambiente.
Las bolsas de papel son una mejor opción si se comparan con los tipos antes descritos, ya que se degradan con más facilidad causando menos problemas medioambientales, pero siguen siendo bolsas de un solo uso y su consumo excesivo se traduce en el abuso de recursos naturales, lo que supone un perjuicio para el medio ambiente. Este formato se cobrará o no, dependiendo del establecimiento.
Las bolsas reutilizables son la opción más práctica y sostenible, esta es la mejor solución para hacer frente a las bolsas de plástico, son las bolsas que se utilizaban antaño, confeccionadas con tejidos y otros materiales que permiten un uso de varios años, lo que supone una reducción del uso de recursos naturales y la generación de residuos. En la actualidad están siendo muy requeridas por las personas que no quieren utilizar bolsas de usar y tirar, las bolsas reutilizables para la compra de alimentos a granel fabricadas con algodón orgánico. Greenpeace comenta que con el uso de las bolsas reutilizables, como mínimo se reduce el uso de 144 bolsas de plástico de un solo uso por persona y año.
Por tanto, la mejor elección y solución es el uso de bolsas reutilizables, ya que es necesario trabajar en favor de la sostenibilidad, evitando seguir en la cultura del usar y tirar instaurada por el cambio del ritmo de vida, las exigencias laborales, la necesidad de ahorrar tiempo y dinero y, sobre todo, por comodidad, algo que ha traído consecuencias nefastas, ya sabemos que el plástico ha contaminado la Tierra y encontramos grandes islas de plástico en diferentes puntos del planeta. A esto hay que añadir que miles de animales marinos mueren por esta contaminación, y los que no mueren, se convierten en recipientes para microplásticos y nanoplásticos, no resulta extraño que se pueden encontrar microplásticos en el pescado y el marisco, en la sal marina, en el agua embotellada, en los peces de agua dulce, e incluso en los suelos agrícolas.
El Gobierno debe centrar su política en el fomento de las bolsas reutilizables y olvidarse del resto de tipos descritos, por ello, desde hace algún tiempo el grupo ecologista Greenpeace trata de concienciar sobre la efectividad de esta solución con campañas como #YoUsoMiBolsa.