Una meta-análisis y una revisión sistemática nos han proporcionado la diferencia de precio de una dieta saludable y de una dieta menos saludable. El meta-análisis es el método de estadística que revisa y combina los resultados de diversos estudios individuales, en este caso son 27 estudios de 10 países, Estados Unidos, Japón, Brasil, Canadá, España, Francia, Países Bajos, Suecia, Nueva Zelanda y Sudáfrica.
Los precios de los alimentos se ajustaron por la inflación y la paridad del poder adquisitivo del Banco Mundial, se han proporcionado en la unidad monetaria hipotética denominada dólar internacional, tiene el poder adquisitivo del dólar estadounidense en un momento dado del tiempo, en este caso en 2011. El dólar internacional no se puede convertir a la moneda de otro país a no ser que se utiliza el cambio de acuerdo a la PPA (Paridad Poder Adquisitivo), por lo que veremos la diferencia de precio de los alimentos o del patrón de una dieta saludable en dólares internacionales.
Según los investigadores que han llevado a cabo este meta-análisis, la diferencia de precio de una dieta saludable y una dieta menos saludable es de 1’50 dólares por persona y día, claro, resultando más cara la primera opción. Quizá la diferencia parezca poco significativa, pero hay que tener en cuenta que al año se convierte en cerca de 550 dólares, por lo que puede desestabilizar fácilmente la economía de una familia, sobre todo en estos tiempos tan críticos.
Y decir críticos es poco, como sabemos, en varios países hay miles de familias que apenas pueden comprar alimentos, y las más afectadas son las que tienen niños pequeños. Hay pobreza alimentaria, mala nutrición y esto deriva en enfermedad ahora y a largo plazo. Las consecuencias de la pobreza alimentaria ya se están considerando una emergencia de salud, quizá principalmente porque es más cara la atención sanitaria que una alimentación saludable.
Dariush Mozaffarian, de la Escuela de Medicina de Harvard y uno de los investigadores que ha llevado a cabo este estudio, declara que pensaban que la diferencia de precio entre los alimentos que forman una dieta saludable y una menos saludable sería mayor, razón por la que actualmente existe la denominada epidemia del siglo XXI, sobrepeso y obesidad incluso en la población infantil de algunos países.
Su propuesta para mejorar la alimentación de la sociedad y en consecuencia, la salud, es que se realicen políticas para ayudar a compensar el coste extra de los alimentos saludables, además de aplicar sistemas de alta rentabilidad para la producción de alimentos saludables. Esto ya se realiza en los países de economías más avanzadas, tal vez por esa razón la diferencia de precio entre la dieta saludable y menos saludable no sea tan elevada. Que hagan una comparativa con una cesta de la compra de alimentos ecológicos (y que se pasen por un ‘restaurante’ de un área de servicio, donde una pieza de fruta, una naranja, una manzana, un plátano… cuesta 3 euros, nos indigna, habría que denunciarles).
Sobre las políticas para ayudar a la población a adquirir alimentos saludables, ya hemos hablado en varias ocasiones, las realizan, pero perjudicando aún más al tejido económico, pues en lugar de proporcionar ayudas o descuentos en alimentos saludables, lo que hacen es poner impuestos a los alimentos menos saludables, impuestos sobre las bebidas azúcaradas, impuesto de la grasa… Triste pero cierto.
Es fácil suponer que las mayores diferencias de precios se encontraban en carnes y otros alimentos proteínicos, y las menores entre los granos, los productos lácteos, los snacks y dulces, y las grasas respectivamente. No se hallaron diferencias significativas en los zumos y refrescos.
Podéis conocer más detalles de esta investigación a través de BMJ Open.
Foto | Saechang
2 comentarios
La solución propuesta es ridícula e indignante. El motivo por el que los alimentos menos saludables son más baratos es, entre otros motivos, porque tienen más demanda y porque precisan de menos tiempo de preparación. El motivo por el que en economías más desarrolladas la diferencia es menor se debe a que a mejor calidad de vida se tiende a mejor calidad de alimentación y más tiempo se puede dedicar a la cocina.
La solución es intervenir menos, no más. A más libertad hay más riqueza y más personas entrarán a preocuparse de comer mejor. A más intervencionismo más pobreza habrá y la buena alimentación pasa segundo plano, pues la comida pasa a ser una necesidad de subsistencia, no hay tiempo ni medios para que entre a ser una preocupación de calidad…
Ya está bien de especialistas recomendando que el gobierno asuma más poder y nos controle más la vida. Eso jamás funciona bien en nada. Que cada uno se preocupe de lo suyo, mientras más libertad tengamos más trabajaremos y prosperaremos…
En la alimentación es emblemático el desastre que han sido las recomendaciones oficiales.
Sin embargo, la cuestión, abría que medirla en concepto de SALUD DE LA POBLACION, incluidas, atención médica, servicio social y aportes del estado a la SALUD… Longevidad, calidad de vida y tantos otros factores que hacen a la VIDA!!!… Porque para existir, ya estamos no???