Muchas son las personas que con el regreso de las vacaciones quieren ordenar su vida y empezar a cuidarse, es decir, compensar dieta y actividad física. La intención es empezar a llevar una dieta equilibrada y realizar ejercicio físico a diario para sentirse bien, adelgazar o regular esos niveles alterados que mostró la última analítica. Es como cada año nuevo o cada lunes… todos vamos a empezar a cuidarnos desde mañana, pero primero cometemos un exceso o nos saltamos la actividad física recomendada.
Pero no siempre es por dejadez o falta de compromiso, mantener una dieta equilibrada y una vida sana no es fácil para todos, el primer obstáculo suele ser el trabajo. En Consumer nos ofrecen unas guías de alimentación según el tipo de trabajo que desarrollemos, pues no es el mismo desgaste físico el que tiene un profesor de aerobic y el de un administrativo.
Luego están las actividades, tareas u obligaciones que fuera de las horas laborales se desarrollan. Total, que hay quienes sólo se sientan para comer y cenar durante todo el día y quienes se pasan el día sentados.
Nuestra alimentación debe ser acorde a nuestra actividad diaria, por eso, hablar de una dieta equilibrada incluyendo ciertos alimentos y cantidades recomendadas, excluye la generalidad. Hay que discernir entre dos adultos con diferentes actividades a la hora de establecer una dieta.
Los grados de actividad van desde el sedentarismo hasta la actividad muy intensa. El sedentarismo o actividad muy baja se caracteriza por un trabajo sedentario y escasa actividad física, menos de una hora diaria de ejercicio moderado, como caminar.
La actividad baja sería añadir al trabajo sedentario dos horas a la semana de actividad ligera, la actividad moderada una hora diaria de ejercicio moderado, la actividad elevada es igual que la actividad moderada pero sumando tres sesiones semanales de ejercicio intenso y la actividad muy intensa representa más bien a los deportistas de élite, actividad intensa diaria además de competiciones deportivas semanales.
La recomendación de los expertos es no reducir la ingesta de nutrientes que precisa el organismo si se tiene una actividad baja o moderada, sino reducir las calorías. En cuanto al aspecto nutricional, según la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) y la Guía Dietética para Americanos, debe ser de un 55% de hidratos de carbono, un 20-35% de grasas y el resto proteínas, entre un 10 y un 25%. Hablando de grasas es de suponer que se refiere a grasas saludables como el aceite de oliva, el que proporcionan los frutos secos… no hay que perder de vista la dieta Mediterránea.
Si estás pensando en modificar tus hábitos de vida, ya sabes que la alimentación y la actividad física son los primeros hábitos a afrontar. Todos los datos, lecturas o experiencias externas que recibas, son mera información, por tu salud, no dudes en consultar con un especialista, ya que sólo un profesional está capacitado valorar qué dieta y actividad física es adecuada para ti.