La Dieta fotoprotectora fue presentada hace un par de días por la directora del Instituto de Medicina Avanzada de Valencia, Teresa Añón. Aunque llega algo tarde para poder aplicarla con efectividad, pues según la propia doctora, para que la dieta fotoprotectora cumpla su función hay que iniciarla tres meses antes de exponerse a los rayos del sol.
La dieta fotoprotectora tiene como fin prevenir los daños que provoca el sol en nuestra piel a través de una alimentación adecuada. Según Teresa Añón, los alimentos coloridos que nos trae la época estival ayudan a prevenir el cáncer y el envejecimiento de la piel.
Los alimentos frescos que nos aportan vitaminas y minerales, betacarotenos o bioflavonoides (vitamina P), como la sandía, el tomate, la lechuga, la papaya, las frutas del bosque o las algas, colaboran en la prevención y recuperación de los daños que provoca el sol.
A esto hay que sumar una ingesta de agua adecuada al verano (ya que perdemos más líquidos) para estar bien hidratados, además de continuar con las recomendaciones médicas a la hora de tomar el sol, huir de las horas en las que más calienta y aplicarse cremas con protección elevada.
Es común comprobar que nuestra piel no está lo suficientemente preparada para tomar el sol cuando llega el verano, necesita elasticidad, hidratación y sobre todo protección. Sabiendo que a través de una alimentación rica en antioxidantes protegemos nuestra piel del sol, retrasando la degeneración y el envejecimiento cutáneo, es lógico aprovechar la amplia variedad de productos frescos de temporada que nos ayudarán a lograrlo a la vez que nos proporcionarán otros muchos beneficios a nuestro organismo.
El betacaroteno, que además de favorecer el bronceado protege nuestra piel gracias a sus efectos antioxidantes, lo podemos tomar a través de vegetales como la zanahoria, el tomate, la lechuga, los pimientos, la calabaza y las espinacas, entre otros, además de encontrarse en frutas como el albaricoque, el mango, las cerezas, el melón, el melocotón… Recuerda que el betacaroteno es provitamina A, se transforma en vitamina A cuando nuestro organismo la necesita.
Por otro lado, los bioflavonoides o vitamina P actúan como antioxidante y anticancerígeno, además favorece la absorción de la vitamina C. Es común encontrar la vitamina P en frutas y vegetales que contienen vitamina C, de hecho, se conoce también como citrina, se encuentra en los limones, naranjas, pomelos y también en melocotones, cerezas, moras, melón, tomates o pimientos verdes entre otros vegetales y frutas frescas.
En fin, que nos proponen un ejemplo de dieta fotoprotectora (sin mucho sentido, porque dicen “pruébala un día”, de poco servirá…) y es la siguiente:
Desayuno: Alternar zumos de sandía, zanahoria, papaya o mango con batidos de fresas, frambuesas, grosellas o arándanos.
Media mañana: 2 piezas de fruta, un yoghurt o un zumo de tomate.
Comida: Gazpacho o Salmorejo de primer plato y pescado blanco o carne que no sea roja de segundo plato. Incluir ensalada de legumbres dos veces por semana.
Merienda: Vaso de leche, frutas o té. Para los niños, un bocadillo de mantequilla con mermelada natural de frutas.
Cena: Crema de calabacín con queso fresco y pan integral. Piña.
Seguro que cumples con parte de este menú, sobre todo ahora con los gazpachitos que nutren y refrescan. Pero como siempre decimos, el equilibrio en la dieta es necesario para gozar de buena salud, lo que beneficia a nuestra piel, también beneficiará a los distintos sistemas de nuestro organismo.