FESNAD es la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética que se fundó en el año 2001 con el objetivo de lograr la interacción entre las sociedades dedicadas a las Ciencias de la Nutrición. Parece ser que desde sus inicios establecieron una jornada para celebrar el Día Nacional de la Nutrición (DNN) contando siempre con el apoyo de la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN, antes AESAN) y el día elegido fue el 28 de mayo.
Dicho esto, ya sabéis que hoy es el Día Nacional de la Nutrición 2019, una jornada que celebra su décimo octava edición, y como cada año, la FESNAD realiza una campaña seleccionando una temática relacionada con la alimentación y la nutrición. En esta edición del Día Nacional de la Nutrición, da protagonismo a los productos lácteos y especialmente al consumo que se puede realizar a lo largo de la vida, de hecho, el título de la campaña es ‘Lácteos: tenlo claro. Hábitos para toda la vida’.
Seguramente, uno de los motivos por los que han elegido los productos lácteos para conmemorar esta jornada, es la vertiginosa caída de ventas de leche y de otros productos elaborados con ella en los últimos años, de hecho, en la presentación del Día Nacional de la Nutrición 2019 muestran un gráfico realizado por el MAPA (Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación) en el que indican que el consumo de productos lácteos en los hogares ha descendido de casi 5.245,971 toneladas, a 4.937,444 toneladas entre 2010 y 2017.
No sabemos hasta que punto esas cifras pueden ser reales, pero el descenso del consumo de lácteos es enorme en muchos países, y los motivos son varios, entre ellos podemos mencionar las crecientes patologías que no toleran productos como la leche, el aumento de personas que adoptan un estilo de vida vegano, el interés por el cuidado del medioambiente, por el bienestar animal…
La industria láctea y algunos profesionales de la nutrición que no son favorables a la dieta vegana, argumentan que los lácteos han formado parte de la dieta de la mayoría de civilizaciones y culturas, y que el consumo de lácteos es imprescindible, aunque no lo es. Los más correctos explican que los lácteos son una fuente importante de nutrientes, que sí es cierto, pues contienen proteínas de alto valor biológico, grasa, lactosa, calcio, fósforo, potasio y vitaminas como la A, la D, la B6 y la B12.
Una información que nos parece interesante destacar es cuánto es una ración de los productos lácteos, pues, aunque creamos que conocemos la respuesta, en algunos casos nos podemos sorprender. Según la FESNAD, una ración de un producto lácteo puede ser 1 vaso de leche, 2 yogures, 180 gramos de kéfir, 140 gramos de cuajada, 125 gramos de queso fresco, 30 gramos de queso semicurado y 20 gramos de queso curado que, por cierto, recomiendan consumir ocasionalmente. A todo esto, hay que decir que se recomienda consumir 2 o 3 raciones de lácteos al día.
¿Coinciden dichas raciones con vuestros hábitos de consumo de lácteos? Nos parece que pocas personas se comen dos yogures de una sentada, a no ser que se hagan un buen bol de desayuno o merienda con el yogur como base. Y también habrá quien, al contrario, se exceda en el consumo de queso, nos podemos poner como ejemplo… Ya nos comentaréis qué opináis al respecto, y si nos lee algún/a dietista-nutricionista, nos encantará que nos ilustre sobre las raciones recomendadas de los productos lácteos.
Otros mensajes que se lanzan en el Día Nacional de la Nutrición 2019 sobre los lácteos es que la leche, los yogures y algunos quesos son la fuente principal de calcio de la dieta, que este mineral junto con el fósforo y la vitamina D se asocian al crecimiento y desarrollo de los huesos, y que también participa en el mantenimiento de los huesos y los dientes en condiciones normales. Pues bien, hay mensajes que deberían actualizarlos o ser más reales, simplemente el hecho de decir que la leche y los yogures son la principal fuente de calcio de la dieta es falso, dependerá de qué coma cada individuo, pero hay muchos alimentos ricos en calcio, como las semillas, los frutos secos, las legumbres, las verduras como las crucíferas o algunas de hoja verde, los cereales integrales o algunos pescados pequeños.
En el XVIII Día Nacional de la Nutrición también se habla del papel de los lácteos en la prevención de enfermedades, pues hay estudios que han determinado que el consumo de lácteos se asocia a una menor incidencia de diabetes tipo 2, a una disminución del riesgo de padecer ciertas enfermedades cardiovasculares, a un menos riesgo de cáncer colorrectal y que tiene un efecto protector frente a la ganancia de peso.
Sobre estas líneas podéis ver parte de una infografía creada para esta jornada en la que se desglosan los nutrientes principales de los lácteos y los beneficios que pueden aportar a la salud, y cabe destacar que cuando se habla de derivados lácteos fermentados, como el yogur, el kéfir, el queso… se habla de alimentos con más beneficios (probióticos) porque mejoran la flora intestinal. Pero, ¿por qué no hablan de que hay muchos productos lácteos en los supermercados que no son saludables? Si es el día de la nutrición, deberían enfocar la campaña al conocimiento y reconocimiento de los buenos alimentos, ya que todo lo bueno que puede aportar un yogur, lo pierde si le adicionan una cantidad ingente de azúcar o edulcorantes, sucede con la gran mayoría de yogures de sabores (y colores).
En fin, en la web de la FESNAD hay también información sobre el consumo de lácteos en el embarazo, en la lactancia, en la menopausia, en el envejecimiento… por lo que, además de descargar este folleto (Pdf), podéis acceder a sus publicaciones a través de este enlace.
A todo esto, por si a alguien le ha parecido en algún momento que estamos en contra del consumo de lácteos, debemos decir que forman parte de nuestra alimentación, principalmente porque nos gustan, y mucho, pero también nos gusta que la información que se ofrezca a los consumidores sea veraz. Por ello, además de quedaros con lo que podéis leer en estas líneas, os recomendamos que busquéis otras fuentes fiables, a ser posible con aval científico, que hagan que tengáis más conocimientos y que seáis vosotros mismos quienes decidáis sobre los alimentos que incluís en vuestra dieta y en la de vuestra familia, según vuestras necesidades e inquietudes.