Quizá en estos días estéis escuchando hablar, o leyendo en algunos medios, que el 18 de junio se celebra el Día Mundial de la Gastronomía Sostenible, así que vamos a retomar esta efeméride para poner al día a quien no sepa qué significa, quién lo ha impuesto, qué se celebra concretamente, qué se considera que se debe hacer para celebrarlo… Ya que es un tema del que hablamos el año pasado en el post ‘Día de la Gastronomía Sostenible 2020, ¿qué es y qué podemos hacer?’.
Pues bien, el Día de la Gastronomía Sostenible lo constituyó la Asamblea General de las Naciones Unidas (el principal órgano deliberativo de la ONU) el 21 de diciembre de 2016 (resolución A/RES/71/246), como respuesta a la necesidad de promover la celebración de los alimentos, los ingredientes y productos de temporada, la preservación de la vida silvestre y de nuestras tradiciones culinarias.
Pero el Día Mundial de la Gastronomía Sostenible tiene varios objetivos que debemos conocer y de los que podemos ser partícipes, pues de eso se trata. La Asamblea General de las Naciones Unidas brinda con este día mundial un reconocimiento a la gastronomía como una expresión cultural relacionada con la diversidad natural y cultural del mundo, y enfocando la atención a la posibilidad de que todas las culturas y civilizaciones contribuyan al desarrollo sostenible.
Tan o más importante es el llamamiento que se hace a todos los Estados Miembros y a quienes los conforman, organizaciones internacionales y regionales, organizaciones del sistema de las Naciones Unidas, organizaciones no gubernamentales, a la sociedad civil… para que se involucren con la celebración del Día Mundial de la Gastronomía Sostenible cada 18 de junio, con la finalidad de alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que entre otras cosas, promueven el desarrollo agrícola, la seguridad alimentaria, la nutrición, la producción de alimentos y la conservación de la biodiversidad.
La FAO define la ‘Gastronomía Sostenible’ como sinónimo de una cocina que tiene en cuenta el origen de los ingredientes, cómo se cultivan, cómo llegan a nuestros mercados y cómo llegan a nuestros platos. Ello conlleva contemplar el arte de preparar una buena comida sin desperdiciar los recursos naturales, ni los medios que nos proporcionan los alimentos, ni los alimentos en sí. Ya sabemos que la pérdida y derroche alimentario es uno de los problemas más acusados en este mundo, como lo es el perjuicio al medio ambiente y a la salud de la población la falta de conocimientos y conciencia sobre la alimentación sostenible y saludable.
Así que todos tenemos mucho que ver y que hacer para conmemorar el Día de la Gastronomía Sostenible, pero no sólo el 18 de junio, sino todos los días del año. Como ya comentamos en otras ocasiones, en su momento caminamos hacia una globalización alimentaria, y ahora hay que dar marcha atrás. A veces el progreso va acompañado de consecuencias sociales y medioambientales, podemos mencionar los altos niveles de emisiones de gases de efecto invernadero, la escasez de agua, la degradación del suelo, la pérdida de biodiversidad, la disminución de la población de peces, de bosques…
Podemos empezar por cuestiones fáciles y que están a nuestro alcance, como realizar compras responsables y sostenibles. Tenemos que acudir a los mercados de alimentos locales, comprar a pequeños agricultores y productores que cuidan todos los recursos, y así contribuir a su economía y a la de la comunidad. Además de productos de proximidad, debemos consumir productos de temporada, poner en valor y preservar las tradiciones culinarias, pues son una guía para llevar a la práctica la gastronomía sostenible. La tradición es lo que cocinaban nuestros mayores años atrás, cuando no había tanto para elegir, simplemente seguían el ritmo de la naturaleza, de lo que cada estación del año ofrecía.
Y no desperdiciemos alimentos, ni dejándolos estropear antes de comerlos o cocinarlos, ni después, cuando se consideran sobras, se pueden hacer nuevas recetas con ellas. Pero esto empieza con la cesta de la compra, debemos hacer compras inteligentes, tener un control de lo que tenemos en la nevera y en la despensa, conocer y controlar las fechas de caducidad y fechas de consumo preferente, cuidar el tamaño de las raciones que servimos en los platos, etc. Si os apetece tener datos recientes sobre el desperdicio de alimentos, os recomendamos retomar la lectura del informe del PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente), a través de este enlace podéis acceder al Índice de desperdicio de alimentos 2021.
Foto 2 | USDA