Como cada año y desde 1979, el próximo 16 de octubre se celebrará el Día Mundial de la Alimentación 2010, una celebración que coincide con el aniversario de la fundación de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) y cuya finalidad es concienciar sobre el problema de la alimentación a nivel mundial, recordemos como parte de esta preocupación, el foro que organizó el año pasado la FAO bajo el título Cómo alimentar al mundo en 2050.
Cada año más de 150 países se suman a la celebración, como ya es habitual en el Día Mundial de la Alimentación se volverán a poner de manifiesto todos los problemas asociados al hambre y la pobreza. El lema de la celebración es Unidos contra el hambre y se pretende realizar un reconocimiento de los esfuerzos que se han realizado para tratar de reducir el hambre en cualquier nivel, sea regional, nacional o internacional. Según la FAO, en esta celebración marcada por la crisis económica y por la cantidad de personas que sufren hambre, se pretende reflexionar sobre el futuro, indicando que con voluntad, valor y perseverancia se logrará producir mayor cantidad de alimentos de forma sostenible a fin de poder satisfacer las necesidades alimentarias de todo el mundo. Se obvia una cuestión fundamental, además de los valores mencionados, es indispensable el aporte económico de los países más ricos.
La FAO nos habla de la campaña Mil millones de hambrientos, cifra alcanzada en el año 2009 debido a la conjugación de una serie de circunstancias, la subida espectacular del precio de los alimentos, la crisis económica, o la carencia de alimentos subsidiarios entre otras cuestiones. Es necesario recordar que en los países industrializados se pueden quejar de la subida del precio de los alimentos, pero siguen teniendo que comer, recordemos que estos países destinan un 15% de sus ingresos a la alimentación y las subidas hacen recortar de otros gastos. Por el contrario, en los países en vías de desarrollo, los habitantes deben destinar como mínimo un 80% del presupuesto a la alimentación y una subida de precios no sólo les priva de satisfacer determinadas necesidades, también reduce la capacidad de alimentarse.
La FAO, y concretamente Jacques Diouf, Director General de esta organización, con la mencionada campaña pretendía reflejar la vergüenza moral que supone esta situación, sin embargo, la FAO no tiene vergüenza moral cuando destina una buena parte de su presupuesto a la elaboración de informes, comisiones, viajes, reuniones y demás papeleo que representa un gasto de millones de euros que perfectamente se podrían haber destinado a reducir el hambre. Cada año la FAO sugiere realizar cumbres dedicadas a la alimentación y la reducción del hambre, cumbres de gastos millonarios que no han servido más que para agujerear las cuentas y reducir los presupuestos destinados a otras cuestiones que sí son de vital importancia, basta recordar lo ocurrido en el 2008, la cumbre resultó un completo fracaso, algo que también se repitió el año pasado y que reflejábamos en el post Cumbre Mundial sobre la Seguridad Alimentaria….¿Cumbre Mundial?
En resumidas cuentas, la celebración del Día Mundial de la Alimentación 2010 volverá a destacar los mismos problemas, se hablarán de las mismas soluciones y posiblemente, se volverá a proponer el desarrollo de una gran Cumbre Mundial dado que la FAO aprovecha cualquier oportunidad o justificación para ello. Cuando existía bonanza económica durante los años más prósperos, el problema del hambre se ha mantenido, cuanto menos en tiempos de crisis económica. Desde hace años se habla de los planes de futuro, pero ¿y el presente?
Mantenemos la misma opinión vertida en el post Día Mundial de la Alimentación, no parece haber un verdadero interés por cambiar la situación, mucha palabrería y pocos hechos, como ya indicamos en su momento, los países del G8 parecen desear mantener el problema y la verdad es que se pueden argumentar muchas razones para ello. Recordemos que la última cumbre mundial arrancó sin que estuvieran presentes los líderes de las principales economías del mundo (G8), países que sí pueden hacer algo para cambiar la situación.
Resulta bastante difícil celebrar el Día Mundial de la Alimentación 2010, pero sí lo haremos pensando en aquellas personas e instituciones que con pocos medios trabajan día a día para aportar su granito de arena reduciendo el hambre en el mundo.