Una nueva investigación desarrollada por expertos del Centro Nacional de Isótopos de las Ciencias Geológicas y Nucleares de Nueva Zelanda, permitirá determinar la procedencia de los huevos de gallina. La técnica desarrollada permite saber si los huevos han sido obtenidos de una gallina ecológica, de una gallina ponedora criada en una granja industrial, ya sea en el suelo o colocadas en batería (técnica en la que las gallinas se encuentran en jaulas y en varios pisos), o si se trata de huevos obtenidos de una gallina campera (criada en libertad).
Las diferencias entre gallinas son significativas, en una granja intensiva en la que las gallinas están colocadas en batería, la producción está completamente optimizada aprovechando el espacio de la granja al máximo, las gallinas apenas se mueven, ya que el espacio del que disponen no lo permite. Los huevos producidos por estas gallinas no ofrecen las mismas cualidades organolépticas que nos pueden ofrecer los huevos ecológicos, pero eso es algo que ya sabemos. La nueva técnica permite conocer la procedencia de los huevos sin necesidad de conocer el tipo de gallina que los ha producido.
El sistema se ha concebido para el uso industrial a fin de que la industria avícola pueda verificar y etiquetar exactamente cada huevo evitando posibles errores o fraude. Gracias al análisis de isótopos se puede diferenciar cada tipo de huevo, ya que en la investigación se ha detectado que los valores de nitrógeno y carbono son distintos en los huevos de gallinas han disfrutado de un tipo u otro de alimentación o actividad.
Las gallinas ecológicas o camperas tienen acceso a alimentos que las gallinas en batería no pueden disfrutar, insectos, variedades de vegetación, alimentos orgánicos…, todos estos valores otorgan una huella de isótopos diferente en los huevos. El estudio pone de manifiesto que el análisis de isótopos es una técnica potencialmente útil y que podría aplicarse en otros tipos de alimentos. El siguiente paso será poder contar con la financiación de la industria del huevo, perfeccionar la técnica y aplicarla.
La investigación realizada por Karyne Rogers y publicada en The Journal of Agricultural and Food Chemistry, pretendía desarrollar una herramienta de autentificación para poder evitar el fraude en los alimentos ecológicos, evitando que se puedan marcar como ecológicos sin serlo. Cabe destacar además que el año pasado también se dio a conocer un estudio en el que esta técnica se aplicaba a los productos vegetales, en este caso se determinaba a través de los isótopos de nitrógeno el tipo de verduras u hortalizas producidas industrialmente, ecológicas, etc. Sin duda, se trata de una buena herramienta para evitar el fraude al consumidor.
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