Un estudio del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas) nos alerta sobre las emisiones antropogénicas de CO2 (las emisiones generadas por la actividad humana) y cómo éstas, además de provocar el calentamiento global, alteran la química de las aguas oceánicas incrementando la acidificación. La consecuencia de ello podría ser la desaparición de todos aquellos organismos que construyen caparazones o esqueletos de carbonato cálcico. La desaparición de los moluscos al final del siglo XXI podría ser una realidad, en la investigación se asegura que los niveles de acidez serán intolerables para muchos organismos llegando a unas condiciones que no se han dado en los últimos 40 millones de años.
Los especialistas nos explican que la acidificación oceánica (nombre dado al descenso en curso del pH de los océanos de la Tierra) se incrementa a medida que se emite CO2 a la atmósfera, este se disuelve en los océanos independientemente del calentamiento global, podemos decir que es otro de los efectos negativos que tienen las emisiones de CO2, siendo un proceso independiente del calentamiento del planeta pero con un mismo origen, la quema de combustibles fósiles y las actividades industriales. La desaparición de los moluscos al final del presente siglo y la desaparición de otros recursos marinos de gran valor comercial o biológico, tendrían consecuencias nefastas en toda la cadena trófica, por lo que se podría decir que serían muchas las especies que se extinguirían.
Un 30% de las emisiones de CO2 generadas en el mundo pasan directamente a los mares y océanos, el incremento de la acidificación y los riesgos que ello conlleva incide directamente en la creciente demanda alimentaria y en el sector pesquero, la perturbación socioeconómica sería de gran envergadura. Esto nos recuerda el post Los peces son muy vulnerables al cambio climático, el aumento de las temperaturas de los océanos es otro problema que incide directamente en los peces y prácticamente todas las especies marinas.
Recordemos que la respuesta de las especies marinas es distinta a la de las especies terrestres, las especies marinas que abastecen a los seres humanos son poiquilotérmicas, es decir, su temperatura corporal varía en función de la temperatura del lugar donde habitan. A una especie de peces que vive en los fondos marinos a una temperatura de 10º C, una variación térmica les podría afectar en la reproducción y crecimiento de la especie, además de sufrir cambios en el metabolismo, sufrir determinadas enfermedades y en consecuencia a dar un paso adelante hacia la extinción.
Por otro lado, también se producirían desplazamientos de especies buscando aguas con temperaturas más propicias, el cambio de ubicación hacia aguas más frías alteraría las políticas pesqueras y el reparto marítimo, las zonas pesqueras tradicionales dejarían de serlo y sería necesaria una nueva distribución marina para poder pescar, pero esta es una de las consecuencias menos trágicas del cambio climático. Retomando el estudio del CSIC, como decíamos, la desaparición de los moluscos a finales del siglo XXI traería consecuencias nefastas.
Según los expertos, la superficie de las aguas oceánicas, se han acidificado 0.1 unidades de pH (medida de la acidez), respecto a los niveles preindustriales, los expertos advierten que el incremento de la acidificación dependerá del CO2 que se emita a partir de ahora para que se produzca el desenlace anunciado y actualmente las estimaciones se calculan en una caída de 0.4 unidades más para finales de este siglo. Se calcula que entre los años 1751 y 1994, el pH de la superficie de los océanos ha descendido de 8.179 a 8.104, es decir, un cambio de -075. El cambio de pH para el 2050 se estima en -0.230 y para el año 2.100 en -0.3555, como podemos comprobar la acidificación de los océanos se incrementa y acelera.
Los investigadores concluyen indicando que es urgente reducir las emisiones de CO2 y vaticinan que en un par de décadas, las latitudes más altas de los océanos serán muy hostiles para aquellos organismos que calcifican. Para echar más leña al fuego, los expertos nos hablan sobre las extinciones masivas ocurridas hace millones de años en la Tierra asociadas a la acidificación oceánica, muchas especies no pudieron soportar el cambio y murieron. Ahora nos enfrentamos a una situación parecida si la actividad antropogénica de CO2 persiste. Los investigadores aseguran que la acidificación oceánica podría ser una amenaza para la biología marina, incluso superior a la amenaza del calentamiento global.
A todo esto hay que añadir la sobreexplotación de los recursos marinos que abocan a la extinción a diversas especies de gran valor comercial, recordemos por ejemplo el atún rojo. Será interesante leer el post ¿Cómo se pueden preservar las especies marinas con las que se abastece la humanidad?
Y después se preguntan, cómo alimentar al mundo en 2050, el legado que se dejará a futuras generaciones es bastante gris, los recursos biológicos y la seguridad alimentaria peligran seriamente. El estudio del CSIC será publicado próximamente en la revista científica Trends in Ecology and Evolution, entonces podremos conocer más detalles al respecto.