Denunciar los errores que se encuentren en el etiquetado de los productos alimenticios

Hace un par de días que se puso en marcha una nueva iniciativa que tiene entre sus objetivos concienciar a los ciudadanos sobre la necesidad de mirar y leer las etiquetas de los productos de alimentación. No es la primera iniciativa de esta índole que conocemos, pero nos parece interesante, y a menudo, poder ser partícipe de la iniciativa hace que se tome más en serio y se divulgue más, por lo que os vamos a contar en qué consiste.

Para empezar, hay que decir que esta iniciativa de Ciencia Ciudadana está impulsada por el Instituto Agroalimentario de Aragón (IA2), un instituto universitario de investigación mixto, que también emprende otras actividades de interés como el concurso ‘Inventa un nuevo alimento’. Este concurso está dirigido a estudiantes de Aragón, si os interesa el tema podéis conocer más detalles aquí.

El IA2 invita a todos los ciudadanos a denunciar los errores que se encuentren en el etiquetado de los productos alimenticios, algo similar a lo propuesto por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) hace un par de años con el hashtag #EtiquetasTrampa y el eslogan ‘Etiquetas Trampa. ¡No sabemos lo que comemos!’, iniciativa enmarcada en la campaña ¿Sabemos lo que comemos? Podéis recordarla aquí y continuar participando en ello, pues sigue en marcha. Esto puede hacer pensar que no sirve de nada denunciar las malas prácticas de los fabricantes, pero mientras aumente el número de personas que consultan las etiquetas de los productos que compran, algo se gana.

Volviendo al nuevo proyecto del IA2, han creado el hashtag #MiralaEtiquetaIA2 y proponen a los consumidores publicarlo en Twitter junto una foto de los productos y las etiquetas en las que encuentren un error y citándoles, o en su defecto, se les puede enviar por email a comunicaciónia2@unizar.es para que ellos lo hagan público.

Bajo estas líneas podéis ver algunos ejemplos de las denuncias de etiquetas erróneas que se han realizado en Twitter, como comentábamos, utilizando el hashtag #MiralaEtiquetaIA2 y mencionando @IA”_UZ_CITA para que les quede más constancia del hallazgo de una etiqueta que no es fiel a la realidad del producto o que puede inducir a error al consumidor, como veréis, hay ejemplos muy distintos.

El primer ejemplo muestra, más que un error, una mala intención del fabricante de engañar al consumidor, pues en letras grandes se puede leer ‘Carne 100% pavo’, lo que hace creer que el producto es 100% carne de pavo, pero al comprobarlo en la lista de ingredientes se puede apreciar que sólo el 54% del producto es pavo, bueno, es carne de pavo separada mecánicamente (se obtiene de la carne que queda en las canales de animales una vez que se han eliminado los cortes principales), el resto es grasa de pollo, agua, sal, aceite de girasol, azúcares, conservantes, aromatizantes…

El segundo ejemplo está relacionado con el gluten, y es que, como sabemos, hay un ferviente interés en la sociedad de consumir productos sin gluten, además de que sigue aumentando el número de celíacos o intolerantes a dicha proteína, cuyo tratamiento consiste en consumir productos libres de gluten. Pues bien, hemos visto en infinidad de productos alimenticios que no contienen gluten de forma natural que portan el sello de la espiga y la leyenda ‘Sin gluten’, en este caso es una bolsa de ensalada o mezclum. Esto puede hacer creer a algunos consumidores que esta bolsa de ensalada (en este aspecto) es mejor que otras. Lo cierto es que este error en otros productos se ha excusado a menudo diciendo que, aunque sean alimentos que de forma natural no contengan gluten, de lo que se informa es de que no ha habido contaminación cruzada.

Y el tercer ejemplo es algo muy descarado, etiquetan con el nombre de ‘Ternasco de Aragón IGP’ (Indicación Geográfica Protegida, es decir, un producto que posee un origen geográfico determinado y que tiene alguna calidad o reputación que se debe a dicho lugar de origen) a un producto cárnico cuyo animal ha nacido, se ha engordado y se ha sacrificado en Dinamarca. Es una vergüenza ver hasta qué punto llegan los productores y comerciantes para engañar a los consumidores, una vergüenza…

La pena es que siendo los consumidores una mayoría frente a ellos, no seamos capaces de unirnos y terminar con sus malas prácticas. Mientras compremos los productos con los que nos engañan les estamos diciendo que los queremos, y si hay demanda sigue habiendo comercialización. Lo que debemos hacer es no comprar los productos engañosos, y añadiríamos que no deberíamos comprar los productos insanos para que dejaran de fabricarlos, ¿empezamos con eliminar uno de estos productos de nuestra cesta de la compra semanal? Poco a poco se puede conseguir eliminarlos todos.

No sabemos si con esta campaña para concienciar a los consumidores de que hay que leer la etiqueta y comprar los productos alimentarios que no tengan errores y que no intenten engañarnos, se conseguirá frenar un poco el problema, pero casi juraríamos que de poco va a servir. De momento, cada uno de nosotros de forma individual podemos seguir hablando con nuestro entorno del tema, ir creando conciencia cada vez en más personas. Por supuesto, si podéis denunciar las etiquetas trampa o erróneas en las campañas que os hemos mencionado, siempre ayudará a que más personas lo vean.

Pero además os vamos a dar otra recomendación que últimamente repetimos mucho, y no nos cansaremos de divulgarla, cuantos menos alimentos o productos con lista de ingredientes se compren, mejor, así no hay que leer las etiquetas, y además, se estará disfrutando de comida real.

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