Han pasado siete años desde que apareció en el mercado el aguacate light, ¿lo recordáis? El aguacate es una fruta que además de deliciosa, se caracteriza por tener unas propiedades nutricionales muy interesantes para la salud, pues además de vitaminas y minerales, es una fuente de grasas saludables, como lo son el aceite de oliva virgen extra y los frutos secos, lo que beneficia nuestra salud cardiovascular.
Parece ser que estos ‘aguacates light’ siguen existiendo y pueden etiquetarse de ese modo porque los análisis demostraron que tienen un 30% menos de grasas en comparación con otros aguacates. Pero, recordemos que esa diferencia viene dada por la variedad de aguacate, no porque la fruta se haya sometido a ningún proceso de ‘desgrasado’.
Así, la variedad de ‘aguacate light’, que parece que es secreta, pero puede ser la variedad Antillana (común en climas tropicales y subtropicales, como en el Caribe y América Central) de piel fina y verde, tiene menos grasas que la variedad Hass de piel negra y rugosa, que es la que más se consume en España.
Es igual que con otros alimentos, por ejemplo, hay variedades de patatas harinosas y cerosas, variedades de arroz con más o con menos almidón… quizá algún pícaro algún día venda ‘patatas con menos carbohidratos’. Pero que no os den gato por liebre, es su naturaleza, y no hay que pagar más porque lleve una etiqueta.
El salmón bajo en grasas ¿existe?
Pues del aguacate light pasamos al salmón bajo en grasa, de fraude en fraude y tiro porque me toca.
El salmón, como tipo de pescado graso, es conocido por su contenido en grasas saludables, especialmente ácidos grasos omega-3, que son beneficiosos para la salud cardiovascular. Pero sucede que, dentro de las variedades de salmón, el contenido de grasa puede variar dependiendo de la especie y su entorno de origen.
Seguro que sabéis sobradamente que el salmón salvaje es menos graso que el salmón de acuicultura, que es el que abunda en los supermercados. Así que además de depender de la especie, según la actividad física, la alimentación o las temperaturas de las aguas, el salmón tiene un porcentaje distinto de grasas y, en consecuencia, de proteínas y del resto de nutrientes.
Especies específicas: Algunas especies son naturalmente menos grasas que otras
El salmón rojo o Sockeye (Oncorhynchus Nerka), así como el salmón keta (Oncorhynchus Keta) tienen tiene un menor contenido de grasa en comparación con otras especies como el salmón atlántico o el salmón rey, ya que su dieta natural y mayor actividad física influyen en su composición. Y mucho menos que el salmón de cultivo, éste tiende a ser más graso debido a su dieta controlada rica en aceites y proteínas.
Por lo tanto, no se puede considerar que exista el salmón «bajo en grasas» en el sentido estricto, primero porque es su naturaleza, y además porque incluso las variedades más magras tienen un porcentaje considerable de grasa, aunque estas sean principalmente ácidos grasos saludables.
El salmón salvaje tiene menos grasa y más proteína gracias a su naturaleza: vive en libertad, se alimenta de forma natural y realiza mayor actividad física. Y esto afecta a su composición nutricional, pero también a su textura más firme y a su sabor más intenso y definido, características que lo distinguen del salmón de cultivo.
Sin embargo, estas cualidades también tienen un impacto en su precio. En cualquier caso, lo importante es recordar que el salmón, sea cual sea su origen, es un alimento saludable y una fuente excelente de omega-3. Cada persona puede elegir la opción que mejor se adapte a sus posibilidades y disfrutar de sus beneficios.
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