A pesar de que nuestro país es el principal productor de vinos del mundo, no es líder en la lista de países que más consumen esta bebida, pues también somos el mayor exportador. Por ello, de forma continua se están realizando campañas que promueven el consumo moderado de vino y su cultura. En ello está, por ejemplo, la Fundación para la Investigación del Vino y la Nutrición (FIVIN), una entidad creada en 1992 que trabaja en la valoración de los posibles efectos protectores del consumo moderado de vino y cava en el organismo y sobre la salud humana desde el punto de vista médico.
FIVIN cuenta con un comité científico formado por médicos, científicos, investigadores, y técnicos en salud y nutrición para trabajar investigando y recopilando información sobre el vino y la salud, además realiza acciones para dar a conocer a la sociedad los beneficios del consumo responsable, y de los riesgos sociales y sanitarios de un consumo excesivo e indebido de vino y cava.
Entre sus acciones de promoción del consumo de vino y cava de forma responsable y moderada, fomentando el mensaje del vino como un producto de calidad, ha realizado el que ha denominado Decálogo sobre los beneficios del consumo moderado de vino, son sus diez razones por las que tomar vino moderadamente puede estar contemplado en la Dieta Mediterránea, y para que lo podáis leer, os lo transcribimos a continuación.
Pero antes, decir que el hecho de compartir este decálogo con vosotros no implica que desde Gastronomía y Cía fomentemos el consumo de alcohol, de hecho, no está de más recordar que también hay estudios científicos que no acaban de ver los beneficios que se atribuyen al vino, por ejemplo, en relación a la longevidad. Véase el que podemos leer en la revista de estudios sobre alcohol y drogas, Journal of Studies on Alcohol and Drugs, una revisión sistemática y meta-análisis del consumo de alcohol y la mortalidad que halló errores en diversos estudios cuya conclusión era que el vino se relacionaba con una mayor esperanza de vida. Podéis verlo aquí.
Protector de enfermedades cardiovasculares
El consumo moderado de vino tiene una incidencia en la reducción de las enfermedades cardiovasculares y arterosclerosis. Uno de los mecanismos implicados en este efecto protector consiste en el aumento de las lipoproteínas de alta densidad, inhibiendo la oxidación de las lipoproteínas de baja densidad y la agregación plaquetaria y su efecto antioxidante.
Vino y aparato digestivo
El vino actúa de bactericida y excitosecretor de la saliva por el alcohol, actuando de coagulador de las proteínas y lubricante del bolo alimenticio, facilitando la masticación, destruyendo los componentes saburrales, ayudando a una mejor digestión y beneficiando problemas de halitosis, faringitis crónica, estomago caído, úlceras, diarreas y estreñimiento.
Antioxidante
El vino, por sus componentes antioxidantes como es el resveratrol, induce la activación de las MAP cinasas, implicadas en la expresión de los genes reguladores de la transmisión de la señal celular en las neuronas, previniendo y beneficiando en el envejecimiento cerebral y las posibilidades de sufrir Alzheimer. El consumo moderado de vino ayuda a proteger al organismo de las enfermedades provocadas por el daño oxidativo.
Anticancerígeno
El resveratrol que contiene el vino tiene un potente efecto anticancerígeno y frena la progresión tumoral. Un consumo moderado y constante de vino reduce la aparición de tumores en un 94% induciendo así una protección ante el cáncer. Inhibe las fases de proliferación de las células cancerígenas. La acción inhibidora del resveratrol se produce sobre el estado de iniciación, el de promoción y el de la progresión de las células tumorales.
Enfermedades neurodegenerativas
Otro beneficio que aporta el vino sobre la salud es que contribuye a mantener viva la memoria. Un consumo moderado de vino mejora la función cognitiva y previene enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. Además, el vino tinto ayuda a suprimir las alteraciones en el hipocampo (área de la corteza cerebral), por lo cual mejora los problemas de memoria, de aprendizaje y las alteraciones en el estado de ánimo, y en consecuencia, reduce la angustia, la ansiedad y la posibilidad de sufrir depresiones.
Bactericida
Los taninos y antocianos que contiene el vino actúan de bactericidas, y son capaces de inhibir diferentes bacterias causantes de infecciones. Los virus son agentes infecciosos y están formados por ácidos y rodeados de una cubierta proteica. El vino, por su afinidad con las proteínas y su contacto con el virus, hace que pierdan virulencia y no se fijen en las células sanas.
Antiinflamatorio y tonificante natural
El vino es un antiinflamatorio natural. El resveratrol que contiene reduce el edema en sus distintas fases. El vino, por su contenido de vitamina B y minerales, actúa como tonificante.
Antihistamínico natural
El vino contiene procianidina, una sustancia del grupo de los taninos que evita la formación de la histamina, la sustancia responsable de las reacciones alérgicas. Un consumo moderado de vino es beneficioso para las personas alérgicas.
Vino y diabéticos
Un vino correctamente vinificado no contiene productos glucídicos asimilables por el hombre y por lo tanto, no produce ninguna alteración sobre el equilibrio metabólico de un paciente diabético, tanto sea tratado con medicación oral como con insulina.
Vino y cultura mediterránea
El vino es un alimento que forma parte de la cultura tradicional de los países mediterráneos. Es importante transmitir la cultura del vino en el entorno familiar y social, de forma que se aprenda a consumirlo de manera moderada y responsable. El vino está hecho para acompañar las comidas, y una buena comida, para que la acompañe un vino.
Foto | Chris Pople
1 comentarios
Excelente estudio y comentario sobre los vinos. Un medico amigo me prescribio una copa de vino tinto diaria. Lo hago regularmente, cada vez que puedo y me mantiene alegre y atento en mis funciones.como abogado.