Se pueden citar varios motivos por los que muchas personas tienen que realizar su comida principal fuera de casa, y también hay diversos motivos por los que cada vez más elige comer de tupper o fiambrera, por economizar, por disfrutar de cocina casera, por comer más saludable, por seguir una dieta… Por eso nos ha parecido interesante volver a tratar el tema de las comidas en fiambrera aprovechando que hemos conocido el Decálogo para comer de tupper sano y seguro creado en el marco del proyecto ‘Por una comida sana, tú decides’ impulsado por Facultad de Farmacia y Nutrición de la Universidad de Navarra, con la finalidad de promover unos hábitos alimentarios saludables.
Entre las estrategias que llevan a cabo para impulsar la mejora de los hábitos en la alimentación de la población, está la que aborda el ámbito educativo, y lo hacen a través de publicaciones en la página web, talleres formativos, charlas, etc. Si queréis conocer en detalle el proyecto ‘Por una comida sana, tú decides’, podéis acceder a su web a través de este enlace, encontraréis información sobre qué es una dieta saludable y qué hay que seguir para llevar una dieta saludable, así como alguna otra información básica sobre alimentos y nutrientes.
Sobre las recomendaciones para preparar comidas que se van a conservar en fiambreras para llevar hasta la hora de la comida, algo habíamos hablado en Gastronomía y Cía, podéis recordarlo en este post en el que ya se trataban algunos temas relacionados con la higiene y la seguridad alimentaria, como que los huevos estén bien cuajados, no mantener a temperatura ambiente más de dos horas las comidas cocinadas, etc.
La comida de táper (o tupper) debe ser segura a nivel higiénico para prevenir toxiinfecciones alimentarias, también debe ser nutritiva y saludable, es decir, que además de aportar los nutrientes necesarios para el funcionamiento de nuestro organismo, ofrezca beneficios para la salud, esto es tan sencillo como contemplar los alimentos reales, frescos y de temporada. Y no hay que olvidar que debe ser rica, porque comer también es disfrutar, y la comida debe ser apetecible y satisfacer al paladar.
Seguramente habrá quien piense que, si tiene que incorporar a su alimentación las verduras o las legumbres, por poner algunos ejemplos, para comer saludable, no va a disfrutar comiendo porque son alimentos que no le gustan, pero nosotros insistimos en que a veces lo que no gusta es la forma en que se cocinan, y esto tiene solución. ¿Sabéis cuál es otro de los beneficios que puede traer el reconducir la alimentación?, que en busca de los mejores sabores aumente la afición por cocinar para conseguirlos. No olvidéis que si se disfruta cocinando y comiendo alimentos y platos saludables, es más fácil que la dieta saludable se convierta en un hábito.
Y ahora vamos a ver el Decálogo Tupper Sano y Seguro que os hemos comentado, y os invitamos a que lo compartáis, de modo que los consejos proporcionados podrán llegar a más personas mejorando su alimentación y su salud. Recordad que si se come sano y se disfruta, es más fácil que se convierta en un hábito.
1- Planifica menús variados:
Planifica menús semanales para ver lo que necesitas comprar.
Evita llevar siempre sobras de la comida o cena anterior.
Procura incluir alimentos de todos los grupos.
2- Elige opciones saludables:
Primeros platos: arroz, pasta, legumbres, verduras…
Segundos platos: pescados carnes magras (pollo, pavo, conejo, partes magras de ternera y cerdo) y huevos.
Postres: fruta fresca, yogur, cuajada, frutos secos al natural.
Guarniciones y acompañamientos: ensaladas con aliños aparte (AOVE), verduras y hortalizas, gazpachos, arroz blanco o patatas.
No abuses de la sal y utiliza hierbas aromáticas.
3- Prepara menús completos:
Procura que haya siempre primer plato, segundo plato y postre.
En caso de plato único, elige preparaciones mixtas que incluyan vegetales y alimentos que sean fuente de hidratos de carbono y proteínas.
No olvides llevar pan (mejor integral).
Elige agua como primera opción de bebida.
Complementa las comidas con cenas adecuadas para llegar a la frecuencia de consumo de alimentos recomendada.
4- Manipulación y limpieza:
Antes y después de preparar tu comida lávate las manos con jabón y agua caliente, al menos durante 20 segundos.
Lava adecuadamente los vegetales que vayas a consumir crudos con abundante agua, o puedes utilizar los que venden listos para consumo.
Limpia las superficies y los utensilios de cocina después de manipular cualquier alimento crudo.
5- Cocina adecuadamente los alimentos:
Comprueba que los alimentos están bien cocinados (65º C en el interior). La carne hasta que al pinchar un tenedor éste salga limo de jugos. El pescado hasta que tenga textura firme. Los huevos hasta que la yema y la clara estén cuajadas.
No dejes las raciones de comida a temperatura ambiente más de dos horas antes de refrigerarlas.
Conserva los alimentos cocinados en el frigorífico en recipientes cerrados o reserva raciones sobrantes en el congelador.
6- Una vez cocinados:
Divide las comidas en raciones de consumo.
Evita la contaminación cruzada utilizando utensilios y envases limpios.
7- Utiliza envases adecuados:
Elige envases herméticos específicos para alimentos y comprueba que son aptos para microondas, lavavajillas y congelador.
Renueva los envases periódicamente o si observas alguna alteración o deficiencia.
8- Transporte adecuado:
Separa los alimentos crudos y cocinados en envases independientes.
Utiliza bolsas isotérmicas para transportar los alimentos y límpialas regularmente.
Introduce placas enfriadoras en las bolsas isotérmicas.
9- Conservación de la comida:
Conserva los recipientes en refrigeración, separados de alimentos crudos para evitar contaminaciones cruzadas.
Si no es posible, evita llevar alimentos de riesgo (huevos, pescados y mariscos, carne picada o preparados cárnicos, natas) y coloca la bolsa isotérmica en un lugar fresco.
Procura consumir la comida antes de cuatro horas.
10- Calentamiento y consumo:
Las preparaciones con salsas se calientan más fácilmente que los alimentos a la plancha.
Las comidas cocinadas o sobras de comida no deben consumirse frías, sino que deben calentarse a más de 70º C (humeante).
Si utilizas microondas, cubre los alimentos y remuévelos para asegurar un calentamiento uniforme y suficiente.
Si utilizas alimentos embolsados o preparados para ser cocidos o calentados en el microondas, sigue las instrucciones del fabricante.
Después de comer, elimina los restos de comida y limpia, o al menos enjuaga con agua, los recipientes y cubiertos.
No reutilices ni congeles la comida sobrante del tupper.
Dependiendo de las necesidades de cada uno, seguramente se podrán aumentar más puntos en este decálogo, por ejemplo, si hablamos de la composición de las comidas, personalmente no consideraríamos imprescindible llevar pan para acompañar la comida si ya hay otra fuente de hidratos de carbono, pero sí que incluya grasas saludables como el aceite de oliva virgen extra (crudo), el aguacate o los frutos secos. Y vosotros, ¿qué añadiríais?
Foto | Rubbermaid