Recientemente se ha presentado el ‘Decálogo de Gastronomía Saludable para hostelería y restauración’, y nos preguntamos si servirá de algo. Imaginamos que muchos de vosotros también os lo preguntaréis, sobre todo cuando veáis los diez consejos que la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) propone, y sabiendo que las recomendaciones y/o medidas voluntarias dirigidas a la industria y a servicios de hostelería y restauración son poco efectivas.
El objetivo de este decálogo propuesto por la SEEDO es luchar contra la obesidad, y quieren contar con la participación del sector hostelero, puesto que cada vez son más las personas que deben hacer una o varias comidas al día fuera de casa, así lo explicaban en su cuenta de Twitter. Pero insistimos, nos parece que este decálogo va a caer en saco roto, los bares y restaurantes que ofrecen menús a diario, más que seguir las recomendaciones de la SEEDO, se guiarán por la demanda de los clientes y por la competencia.
Sin hacer ningún estudio de mercado, pero moviéndonos por restaurantes de todo tipo, podemos observar que los consejos propuestos por SEEDO sobre la oferta gastronómica de los establecimientos de hostelería, ya se tienen en cuenta sin necesidad de seguir el decálogo. Es más, desde hace unos años se conoce que ha aumentado el número de población que busca comer más sano fuera de casa, y a la vista está la cantidad de restaurantes que se han abierto dedicados a la comida saludable, así como con opciones alimentarias específicas, como la cocina vegetariana, vegana y demás.
Para que juzguéis vosotros mismos, os trascribimos a continuación el Decálogo de Gastronomía Saludable para hostelería y restauración, extraído de la imagen que podéis ver en el tuit de SEEDO.
1. Utilizar el aceite de oliva o aceite de girasol alto oleico como grasas culinarias para cocinar. El aceite de oliva virgen para aliños.
2. Priorizar preparaciones técnicas culinarias que disminuyan en lo posible el aporte energético y de bajo contenido en grasa.
3. Uno de cada cuatro primeros platos debe incluir verduras, hortalizas o legumbres como base principal.
4. Uno de cada dos segundos platos debe ser a base de pescado blanco o azul, o bien carne magra.
5. Priorizar las verduras, hortalizas y legumbres como guarnición de segundos platos.
6. La oferta de postres debe incluir siempre fruta fresca de temporada o frutos secos.
7. Los postres lácteos deben incluir la opción baja en grasa (semidesnatados o desnatados).
8. Priorizar el consumo de agua como bebida habitual. Utilizar unidades individuales si se consume alcohol.
9. Utilizar alimentos de temporada, preferiblemente adecuados a la gastronomía local y productos de proximidad.
10. Informar de las calorías totales y ofrecer medias raciones.
¿No os parece que es un decálogo obsoleto? Queremos decir que, si una entidad como la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad se propone ofrecer recomendaciones con una buena finalidad, no debería mencionar las acciones que la mayoría de establecimientos de hostelería ya llevan a cabo, pues a la vista está que no son efectivas. A día de hoy en cualquier restaurante se permite solicitar medio menú, suele haber alguna fruta en el postre, así como algún plato de vegetales, una carne y un pescado.
Pero, ¿qué sentido tiene que de cuatro entrantes sólo se pueda elegir uno por ser saludable?, ¿no debería ser al revés? Nosotros pediríamos que de cuatro entrantes, hubiera uno con legumbres, otro con hortalizas y verduras crudas, y un tercero con verduras y hortalizas cocinadas de forma saludable. La cuarta opción, ya podría ser de cualquier propuesta culinaria más pensada en el disfrute y la alimentación hedonista que en la salud.
Si realmente se quiere luchar contra la obesidad, la variedad debe estar en la oferta saludable, no en la oferta menos sana, de este modo es más fácil que los clientes elijan alguno de los platos del primer grupo. En cuanto a las guarniciones de los segundos platos a base de hortalizas y legumbres como prioridad, comentadnos, ¿quién se ha encontrado con una negativa cuando ha pedido que el segundo plato se lo sirvan con ensalada en lugar de con patatas fritas?
Sobre los postres, como ya os hemos comentado, siempre encontramos alguna opción de fruta, lo de los frutos secos es más difícil, pues suelen ser bastante más caros que otras opciones, además, deberían especificar que los frutos secos deben ser sin freír y sin sal para que sean saludables, y lo más fácil de encontrar en un restaurante de menú son cacahuetes fritos, baratos y ricos, pero insanos.
Por su parte, los postres lácteos no son mejores por ser desnatados o semidesnatados, son mejores cuando no tienen azúcar, por lo que es preferible comer un yogur natural entero que un yogur de frutas desnatado, pues no tiene fruta y tiene mucho azúcar o edulcorantes y colorantes, entre otras cosas. Además, sacia menos por el hecho de haber retirado la grasa, un nutriente que es muy saciante.
En fin, no vamos a dar un repaso a cada uno de los puntos del ‘decálogo para comer más saludable fuera de casa’, imaginamos que con estas pequeñas anotaciones y con vuestros conocimientos e inquietudes os hagáis vuestras preguntas y os respondáis o busquéis en profesionales de la alimentación saludable, dietistas-nutricionistas, las respuestas a cómo luchar contra la obesidad con efectividad. Sólo un par de apuntes más, uno sobre las bebidas, que recomiendan priorizar el consumo de agua cuando deberían indicar que no se deben tomar refrescos ni bebidas con alcohol. Tengamos en cuenta que se está hablando de personas que comen a diario (una o más veces) en un restaurante, con lo que no están recomendando consumir alcohol o refrescos esporádicamente, sino moderadamente.
Esto nos lleva a recordaros, también, una publicación de la misma sociedad de hace cuatro años (entonces todos teníamos menos conocimientos sobre nutrición y salud) titulada ‘Cuida tu peso fuera de casa. Consejos saludables sobre nutrición y consumo moderado de bebidas fermentadas’, una publicación con conflicto de intereses porque estaba realizada en colaboración con el Centro de Información Cerveza y Salud, y en la que sugieren elegantemente que la sed se quita con agua y que las bebidas fermentadas se deben degustar.
El otro punto que queremos destacar es sobre la efectividad de que los clientes tengan información sobre las calorías de los platos o de los menús, y para ello queremos remitiros a este post titulado ‘¿Ayuda la información nutricional en los menús a reducir el consumo de calorías en los restaurantes?’. La respuesta es que sí, puede ser efectivo a día de hoy y en según qué segmentos poblacionales, pero no hay estudios concluyentes al respecto.
Y vosotros, ¿qué opináis? ¿Os parece útil este decálogo para hostelería o han tardado muy poco en hacerlo? ¿Ha merecido la pena realizar una presentación oficial del mismo?