Parece ser que se ha confirmado el cultivo de patatas transgénicas en Suecia, una variedad de patatas modificadas genéticamente por la compañía química BASF y de la que ya hemos hablado en Gastronomía & Cía. Como sabéis, la patata en cuestión no cuenta con la aprobación de la Unión Europea, de hecho, hace tan sólo unos días que se presentó la solicitud para obtener los permisos que permitieran producir y comercializar la patata transgénica Amadea en la UE.
La Comisión Europea ha pedido explicaciones a BASF requiriendo la presencia de sus representantes para que expliquen el cultivo de patatas modificadas genéticamente en Suecia. Sin embargo, parece que ya se conoce el argumento de la siembra de patata transgénica Amadea y posiblemente esta será la causa de que el proceso de aprobación de la nueva variedad transgénica se acelere tal y como ocurrió con el arroz transgénico LL62 en Estados Unidos. Al parecer, esta nueva variedad de patatas se mezcló con otra que sí cuenta con la aprobación de la UE, la patata transgénica Amflora también desarrollada por BASF. Y la pregunta sería, ¿cómo se han mezclado ambas variedades?
Seguramente más de un lector podrá pensar que se trata de un hecho premeditado y del mismo modo se puede haber informado a la UE para que sea consciente de la situación y no exista más alternativa que aprobar la nueva variedad. En el caso del arroz transgénico LL62, cuando se le pidieron explicaciones a Bayer por la contaminación transgénica y la liberación del arroz en varias zonas de cultivo estadounidenses y de otros lugares del mundo, ésta eludió toda responsabilidad indicando que la contaminación se produjo por una causa de fuerza mayor, pobre y lamentable excusa con la que Bayer consiguió su propósito, la aprobación del nuevo alimento.
Será interesante conocer la exposición de los argumentos de BASF, ¿aludirá también a causas de fuerza mayor?, ¿se mostrará perpleja ante los acontecimientos indicando que no sabe que ha podido ocurrir? Lo cierto es que la patata transgénica Amadea puede estar cultivándose en otros países además de Suecia, especialmente en aquellos donde BASF cultiva patatas, si aparecen nuevos cultivos se podría decir que es casi seguro que la patata será aprobada con rapidez por la UE, además y como refuerzo, hay que decir que los análisis de la EFSA sobre la patata han sido favorables, blanco y en botella.
Las probabilidades de que las patatas transgénicas se introduzcan en la alimentación humana o animal son muy elevadas, algo que podemos creer tras conocer esta noticia y sospechar que todo ha sido una estrategia planeada para la aprobación del cultivo Amadea. Será conveniente volver a recordar que en el caso de la patata Amflora, se aseguraba que se destinaría exclusivamente para fines industriales, sin embargo BASF había solicitado su uso para la alimentación humana y animal, quizá más de un consumidor europeo está comiendo patatas transgénicas sin saberlo. Si se conociera una noticia al respecto, la aprobación para uso alimentario podría ser un hecho y sirva de precedente lo ocurrido en Estados Unidos con el arroz.
Greenpeace por su parte ha denunciado que Plant Science Sweden, una filial de BASF, ha estado cultivando ilegalmente durante meses patatas transgénicas en Suecia de la variedad Amadea, pero de poco van a servir las denuncias dado que en la Unión Europea parece reinar un único propósito, aprobar los cultivos transgénicos. La organización ecologista solicita que se destruyan las plantaciones contaminadas y recuerda además un caso similar ocurrido en Alemania hace unos meses, la plantación de maíz transgénico en suelo alemán a pesar de su prohibición, recordemos la noticia Alemania prohíbe el cultivo de maíz transgénico Mon 810. En fin, tenemos especial interés por conocer cuál será la respuesta de la Unión Europea.
Foto | Rick