Culpan a la FAO de la crisis mundial de los alimentos, así opina Abdoulaye Wade, Presidente de Senegal. Estas declaraciones han debido de caer como un jarro de agua fría a quienes conforman la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
Esta organización, creada hace más de 60 años, ha trabajado desde sus inicios bajo la premisa de ayudar a construir un mundo sin hambre. Las actuaciones de la FAO a lo largo de los años siempre han estado encaminadas a intentar erradicar el grave problema del hambre, especialmente en aquellos países más desfavorecidos. También se contemplan ayudas para mejorar el desarrollo de estos países a nivel de productividad o comercialización, sobre todo en materia agroalimentaria.
Es difícil creer que uno de los países que debería apoyar a la FAO por su precaria situación, esté en contra de la organización, los motivos argumentados son principalmente las grandes inversiones económicas que ha realizado la organización y las pocas operaciones resultantes que han sido eficaces para cumplir la premisa bajo la que se encuentra sujeta.
Otro argumento es el traslado de esta organización a un país africano en lugar de la actual sede en la que se encuentra, es un modo de acercarse con mayor profundidad al problema. Abdoulaye Wade reclamó durante bastante tiempo esta solicitud, aunque ahora va más lejos y prefiere que la organización desaparezca, además, indica que otras organizaciones son más efectivas y muestran mejores resultados que la propia FAO a pesar de contar con menos medios.
Seguramente más de un lector se ha preguntado qué pasa con las grandes cantidades de dinero que se invierten y por qué no hay resultados. Hace poco la ONU solicitó de manera urgente a los Gobiernos de los países industrializados, una donación de 500 millones de dólares para evitar tener que racionar la ayuda que proporcionan a 73 millones de personas por la grave crisis alimentaria. Cada año se realizan solicitudes de este tipo y se intenta recaudar fondos para ayudar a los más necesitados, quizá los resultados no son los esperados, pero seguramente la desaparición de la FAO traería todavía más consecuencias.
Que la FAO es en parte responsable de la actual crisis alimentaria, podría ser, sobre todo en relación con los alimentos subsidiarios, pero en ellos han intervenido otros factores que realmente han provocado esta situación. Por su parte, la FAO atribuye todos los problemas generados al aumento de precios del petróleo, los fertilizantes, etc.
El problema es mucho más complicado y entramado de lo que parece y buscar culpables no soluciona la situación, es necesario empezar a buscar soluciones efectivas mirando hacia delante y tratando de evitar los errores pasados.
Vía | BBC
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