Hace aproximadamente un año se desarrolló un evento en Dublín (Irlanda) relacionado con la producción y consumo de carne, esta cumbre se celebró bajo el lema “El papel social de la carne – Lo que dice la ciencia”. Al evento asistieron investigadores y expertos de diferentes países del mundo, se discutió sobre la importancia de la carne en nuestra sociedad, sobre los debates existentes sobre la producción de carne, su consumo, etc.
Todos los asistentes firmaron y avalaron un documento presentado el año pasado y titulado “Declaración de Dublín de los científicos sobre el papel social de la ganadería”, documento cuyo objetivo no es otro que mostrar que existe un enfoque equilibrado para la ganadería, es decir, es un apoyo a la producción y consumo de carne. Los firmantes de esta declaración consideran necesario incrementar la disponibilidad de los alimentos de origen animal a fin de poder garantizar la seguridad alimentaria y satisfacer las necesidades nutricionales de una creciente población.
Por supuesto, aluden a que esto es posible a la vez que se protege la biodiversidad, se llevan a cabo las acciones oportunas contra el cambio climático, se mejora el bienestar animal, etc. Son argumentos contrarios a los que proporcionan otros investigadores u organizaciones como el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), recordemos que alguna de las medidas que aconsejaba el panel el año pasado era dirigir la producción de alimentos hacia métodos agrícolas variados y sostenibles, reducir la producción de carne y lácteos, y que lo que se produzca sea de mayor calidad.
Según la Declaración de Dublín, la ganadería es muy valiosa para la sociedad y no debe ser sometida al fanatismo, la simplificación o el reduccionismo, entre otras cuestiones, por ello se manifiesta que la ganadería debe progresar siempre contando con los más altos estándares científicos. En el documento se solicita a los investigadores y expertos que contribuyan aportando evidencias científicas sobre el valor de la carne, su carácter sostenible y nutricional, la asociación a valores económicos y socioculturales, así como las diferentes soluciones que se pueden proporcionar para mejorar esta industria.
En la declaración tratan puntos como cuál es su propósito, los desafíos a los que se enfrenta la ganadería, la relación entre ganadería, salud humana y medio ambiente, la relación con la sociedad y la economía, y sus perspectivas. Como suele ocurrir en muchas cuestiones, siempre hay dos caras de la moneda, partidarios y detractores, pero creemos que en este caso la balanza no se inclina con peso hacia los detractores. Además de todos los estudios que hemos conocido sobre la necesidad de reducir el consumo de carne por varias razones, por salud, por evitar la deforestación, para frenar el cambio climático, por mejorar la seguridad alimentaria, etc., hoy conocemos otra que deja en evidencia a la Declaración de Dublín.
Esta declaración firmada por más de 1.000 investigadores en apoyo a la producción y al consumo de carne, tiene numerosos vínculos con la industria ganadera, lo que deja en evidencia la existencia de conflictos de intereses. Según explica este artículo de la publicación digital The Guardian, esta declaración se ha utilizado para atacar a los funcionarios responsables de las políticas ambientales y de salud de la Unión Europea, y ha sido respaldada por Janusz Czesław Wojciechowski, comisario de Agricultura de la UE, no es algo que nos sorprenda ya que, como explicábamos al hablar sobre la Estrategia del Campo a la Mesa (Farm to Fork Strategy) de la CE enmarcada en el Pacto Verde Europeo (The European Green Deal), no se aborda el tema de la carne y los productos lácteos, algo que no tiene mucho sentido sabiendo cuán insostenible es la actual producción de carne.
El caso es que cuando se presentó la declaración, no se dio información sobre su procedencia, pero gracias a un proyecto periodístico de Greenpeace Reino Unido, se ha podido saber que la creación, el lanzamiento y la promoción de la declaración tienen vínculos importantes con la industria ganadera y sus consultores. Los investigadores ambientales ven la declaración y los estudios que la avalan como propaganda, pero podríamos pensar que su cometido es generar un bloque de opinión diferente, desinformar y velar por los intereses de la industria ganadera.
La investigación pone al descubierto los conflictos de intereses de los investigadores que la avalan, a pesar de las excusas que pueda brindar este grupo de expertos, y además de avalar a la industria ganadera, los firmantes de la Declaración de Dublín van contra las alternativas vegetales a la carne, descalifican las políticas y a los políticos que respaldan la reducción del consumo de carne, etc. Otro dato interesante, esta declaración fue promovida públicamente por la Global Meat Alliance, un grupo financiado por la industria, y la agencia de relaciones públicas Red Flag, que ha trabajado para el Instituto Norteamericano de la Carne y la Asociación Nacional de Ganaderos de Carne de Estados Unidos.
Hablando sobre la Unión Europea, merece la pena recordar que desde hace años promueve el consumo de carne, y financia la publicidad para la promoción del consumo de carne, destinando cada año millones de euros para aumentar el consumo de pollo, vacuno, cerdo, etc., una incoherencia total que va contra los actuales intereses en favor de la salud, la sostenibilidad, el medioambiente y el bienestar animal. Por lo que podríamos pensar que detrás de esta declaración hay muchas partes interesadas, incluidos algunos políticos que desarrollan sus funciones en el seno de la UE, siendo una traba para las políticas verdes que buscan un sistema alimentario más sostenible.
Os recomendamos acceder y leer con detalle este artículo de The Guardian, además de visitar la página de la Declaración de Dublín de los científicos sobre el papel social de la ganadería, y sacar vuestras propias conclusiones.