La organización de consumidores Foodwatch de Francia denuncia el abuso y estafa legal que están sufriendo los consumidores galos que compran paté de pato, pues según los análisis realizados por esta organización, es muy habitual encontrar terrinas de pato en cuya elaboración el ingrediente mayoritario es la carne o hígado de cerdo. Por supuesto, este ingrediente no figura en el frontal del envase del producto, sólo se refleja la denominación de paté o terrina de pato, sea cual sea su porcentaje. Así que cuidado con el paté de pato, ya que en algunos casos es paté de cerdo.
En la mayoría de marcas de paté de pato analizadas se constata que los consumidores comen sobre todo cerdo, lo más curioso es que se trata de una práctica legal según se establece en el Código de Prácticas de charcutería, texto legal de referencia en el que se argumenta que un paté de pato puede contener sólo un 20% de carne o hígado de este ave y el 80% restante puede completarse con otros ingredientes, sin que sea necesario ni obligatorio mencionar en el frontal del envase la presencia de otros tipos de carne o hígado, en este caso de cerdo. Foodwatch Francia ironiza asegurando que es algo que no le sorprende, sabiendo que el código mencionado ha sido redactado por profesionales del sector.
En esta época del año se incrementa el consumo de paté de pato, siendo uno de los productos gourmet que se incluye en comidas festivas o de celebración. Pero lamentablemente, muchos no pueden degustar un producto auténtico, ya que los fabricantes ocultan la verdadera naturaleza de los ingredientes y anuncian el producto con el ingrediente más exclusivo, en este caso el pato. Es otro ejemplo de las #EtiquetasTrampa que parecen dominar el mercado y que son un completo fraude al consumidor, aunque la denuncia se ha realizado en Francia, es muy posible que lo mismo ocurra en España o en otros países comunitarios.
La organización de consumidores habla de la marca Hénaff y concretamente de su paté de pato con avellanas crujientes. El producto contiene solamente un 21’8% de pato y un 3% de avellanas, el 75’2% restante está formado sobre todo por carne, grasa, hígado y corteza de cerdo, pero como ya hemos comentado, en el frontal del envase no aparece ninguna referencia al cerdo, únicamente al pato, haciendo creer al consumidor que se trata de un producto elaborado 100% con el hígado o la carne de este ave. Este tipo de fraudes aceptados deberían ser prohibidos por la legislación comunitaria, no tiene ningún sentido que se mencione y ensalce el ingrediente más caro pero que es minoritario, y que se oculten los ingredientes más económicos y abundantes.
Foodwatch Francia denuncia que marcas como Carré d’Eden, Carrefour, Comtesse du Barry, Côté Table (Leclerc), Labeyrie, Mère Lalie, Monoprix, Onno (Intermarché) o Saveurs U (Système U), están abusando de la confianza de los consumidores sin ningún reparo. Claro, que en cierto modo no habría que culparles por no ser honestas con los consumidores, a fin de cuentas legalmente se les permite llevar a cabo este tipo de prácticas. Si no se acaba con estos fraudes legales, no se podrá alcanzar la transparencia del etiquetado y el consumidor no podrá tomar decisiones informadas. En todos los casos la tónica es la misma, poco pato y mucho cerdo, por lo que se deberían denominar ‘paté de cerdo’, o al menos ‘paté de cerdo y pato’.
Queremos recordar de nuevo un ejemplo que citamos a finales del año pasado, y es que seguramente será un producto que también se promocione esta Navidad. Bajo estas líneas, podéis ver la fotografía que tomamos de un pavo trufado con pistachos. En la etiqueta se indica que contiene contramuslo de pavo, magro de cerdo, papada de cerdo, agua, fécula de patata, proteína de cerdo, pistachos (de Irán), azúcar, setas, estabilizantes, antioxidantes, conservadores… Pero no aparece el porcentaje de carne de pavo utilizada, aunque al menos podemos saber que la proporción es mayor que la de cerdo, puesto que está en primer lugar en la lista de ingredientes. Pero, ¿dónde está la trufa?
Esto se repite con una gran cantidad de productos, crema de bogavante que sólo contiene un 0’5% del crustáceo, tortellini de trufa que contienen únicamente un 0’005% de trufa, y así… Es para sentirse indignado y no comprar estos productos. En la fotografía podéis ver una de las marcas analizadas por la organización de consumidores francesa, merece la pena dar un vistazo a su artículo para conocer el resto, posiblemente alguna pueda haber caído en vuestra cesta de la compra. Podéis conocer más detalles de la denuncia, a través de este artículo de Foodwatch Francia.