A principios de mes nos hacíamos eco de esta investigación en la que se concluía que la harina de pescado contenía genes de resistencia a los antibióticos. Los resultados del estudio eran preocupantes ya que se habían encontrado 132 genes de resistencia en la harina de pescado disponible comercialmente y se apuntaba que el problema podía tener prevalencia a nivel mundial. Los investigadores consideraban que el riesgo era potencial, ya que la harina podría conferir resistencia a los microorganismos ante antibióticos comunes o los de último recurso como la vancomicina.
Pues bien, la International Fishmeal and Fish Oil Organisation (IFFO), organización internacional que representa a las empresas relacionadas con la elaboración de la harina y el aceite de pescado, emitió un comunicado en el que ha cuestionado el estudio sobre la presencia de genes de resistencia a los antibióticos en la harina de pescado y la posibilidad de que este producto que se utiliza mayoritariamente para alimentar a los peces de acuicultura, sea un factor de riesgo de transferencia de resistencia a microorganismos patógenos. Esta organización comenta que este es el primer estudio que se realiza sobre el tema, por lo que hay que ser prudentes a la hora de interpretar los resultados, sobre todo porque es necesario que se realicen nuevos estudios y pruebas que lo ratifiquen.
Como posibles defectos de procedimiento del estudio, la IFFO apunta que la investigación se llevó a cabo con un número limitado de muestras, cinco productos de harina de pescado destinados a la acuicultura y dos a la alimentación animal. Sin embargo, si leemos el trabajo de los investigadores chinos, comprobaremos que el número de muestras es mayor al que indica la IFFO, también se obvia que se han encontrado los genes de resistencia en los sedimentos generados en las granjas de maricultura, e incluso en los sedimentos de una granja de peces situada en Pakistán y sin que hubiera antecedentes de que se hubieran utilizado antibióticos. Los resultados muestran la necesidad de intensificar las inspecciones en la harina de pescado a fin de detectar la presencia de los genes, teniendo en cuenta el amplio uso de este producto en todo el mundo, el riesgo de diseminación de los genes es muy elevado.
La International Fishmeal and Fish Oil Organisation ha explicado que si bien la resistencia a los antibióticos es un tema de preocupación en cualquier alimento, recordemos que se han encontrado bacterias con resistencia a estos fármacos en alimentos listos para el consumo, en la carne y en otros alimentos como frutas o verduras, reconoce que es importante preservar este recurso con el fin de proteger la disponibilidad de tratamientos para la salud humana, ya que de lo contrario, la salud mundial estará amenazada al ser ineficientes los fármacos en el tratamiento de enfermedades e infecciones. Esta organización plantea varias preguntas a los investigadores sobre el estudio.
La mayoría de la harina de pescado es producida a partir de peces que han sido capturados en la naturaleza, donde no hay contacto con antibióticos, ni se utilizan en el proceso de elaboración de la harina. En la investigación se habla de una muestra de harina de pescado peruana que contiene siete residuos de antibióticos diferentes, y que estaría fabricada a partir de la anchoveta peruana capturada en el medio silvestre. Dado que el muestreo se realizó en China y no en Perú, se solicitan aclaraciones sobre las medidas tomadas para proteger las muestras de la contaminación.
Sobre este punto, hay que recordar a la IFFO que del mismo modo que los peces salvajes se contaminan con partículas de plástico a través de la alimentación, es posible que los sedimentos generados en las granjas de maricultura acaben en el estómago de esos peces salvajes que son capturados y convertidos en subproductos como la harina de pescado. La organización habla de una muestra concreta, pero parece que se deja en el tintero el resto de muestras de harina o sedimentos, aunque cierto es que en el caso de la muestra peruana, los investigadores deberán aclarar qué medidas tomaron para garantizar que las muestras no fueron contaminadas después de su extracción.
La IFFO explica que la mayoría de la harina de pescado procede de peces enteros con las especies pelágicas dominantes (especies que viven en aguas medias o cerca de la superficie), pero algunas harinas se elaboran a partir de los recortes de pescado, concretamente un volumen aproximado del 33% del total de harina que se produce anualmente. Aunque parte de la materia prima es un subproducto de la acuicultura, la mayoría de esta materia prima es subproducto de captura silvestre, por lo que no entraría en contacto con los antibióticos. Se apunta, además, que el uso de antibióticos es costoso y limitado en los peces de acuicultura, dando a entender que se trata de un recurso poco utilizado y siempre bajo indicación veterinaria.
La organización argumenta que las empresas de alimentación acuática tienen sistemas de gestión de la calidad y comprueban tanto la calidad como la integridad de los ingredientes utilizados en la elaboración de piensos. Es evidente que se defiende a capa y espada al sector sin ni siquiera contemplar la posibilidad de que exista un problema que debería ser subsanado, a fin de cuentas, lo que solicitan los investigadores chinos es intensificar las inspecciones en la harina de pescado para detectar la presencia de estos genes que pueden aparecer en cualquier eslabón de la cadena alimentaria. Piden, además, que se elimine la harina de pescado residual del medio ambiente con agentes microbianos, diseñar estrategias de alimentación que eviten la diseminación de los genes, desarrollar nuevas tecnologías capaces de eliminar estos genes en la harina de pescado durante su fabricación, etc., son solicitudes con sentido a fin de evitar problemas mayores.
La IFFO comenta que los genes resistentes a los antibióticos son susceptibles a la degradación en el medio ambiente, por otro lado, la transferencia de genes a otras bacterias es un proceso complejo con una serie de condiciones que deben cumplirse para que se produzca. Merece la pena recordar a esta organización que ya hace algunos años que se descubrió cómo los microorganismos lograban adquirir resistencia, y cómo transmitían esta información a otros microorganismos de la misma especie gracias a unos elementos móviles denominados integrotes.
El caso es que la IFFO plantea todo tipo de preguntas y dudas, algunas son razonables y esperamos que los investigadores las contesten, no se trata de culpar a nadie y tampoco de provocar problemas en la industria de la harina de pescado, sino de aclarar la cuestión y buscar soluciones. Quizá esta organización debería poner en marcha una investigación que fuera llevada a cabo por expertos independientes en vez de centrarse en cuestionar el estudio chino, sería el mejor modo de aclarar el tema y actuar en consecuencia. Podéis conocer todos los detalles de las dudas de la Fishmeal and Fish Oil Organisation sobre el estudio de la presencia de genes de resistencia a los antibióticos en la harina de pescado a través de este enlace.
Foto 1 | Trade Korea
Foto 2 | Sarma Fish