Ayer hablábamos de una investigación en la que se concluía que los alimentos ultraprocesados incrementaban el riesgo de sufrir cáncer, los expertos determinaban que un aumento en la dieta de un 10% de productos ultraprocesados incrementaba el riesgo de sufrir esta enfermedad en un 12%. Pues bien, hoy podemos saber que un grupo de nutricionistas ha considerado que la investigación es controvertida y la cuestionan, alegando que uno de los mayores inconvenientes que presenta es que no se define adecuadamente qué son los alimentos ultraprocesados.
Expertos como Ian Johnson, investigador nutricionista y miembro emérito del Quadram Institute Bioscience, un instituto británico de investigación dedicado a la ciencia de los alimentos y la salud, comenta que se trata de un estudio de observación muy amplio en el que se han utilizado métodos cuidadosos y rigurosos para la recopilación de datos. Sin embargo, sus autores han identificado algunas asociaciones con poca consistencia y poco significativas, estadísticamente hablando, entre algunos tipos de cáncer y la dieta.
La razón es que la definición de alimentos ultraprocesados que han utilizado es muy amplia y está mal definida, por lo que es imposible determinar las conexiones causales. El experto explica que lo mejor para reducir el riesgo de cáncer es evitar el tabaco y el alcohol, disfrutar de una dieta rica en frutas y verduras y realizar ejercicio físico de forma regular. Otro experto que se ha pronunciado es Tom Sanders, profesor emérito de Nutrición y Dietética del King’s College London, comentando que la investigación destacaba principalmente un aumento del cáncer de mama en mujeres menopáusicas, no habiendo determinado los tipos de cáncer concretos en los hombres, además, el número de hombres que participaron en el estudio fue reducido, ya que la mayoría no proporcionaron datos online sobre la dieta que seguían.
Como el anterior investigador, comenta que el término ‘alimentos ultraprocesados’ es difícil de definir en términos de calidad alimentaria y no es utilizado ampliamente por los investigadores nutricionales. El estudio parece estar enfocado a demostrar que los alimentos procesados industrialmente aumentan el riesgo de cáncer, ya que se habla de alimentos como los cereales para el desayuno, los nuggets de pollo, los productos de confitería y la bollería industrial, los refrescos, las patatas chips, etc., pero se dejan en el tintero muchos alimentos artesanales y caseros, como puede ser el pan, las galletas, los pasteles, la mantequilla, la sal y el azúcar que se utilizan en las preparaciones caseras, etc. Por otro lado, los expertos comentan que en el estudio no han observado una asociación entre el cáncer y el consumo de carne procesada, carne que se recupera mecánicamente y se trata con nitritos, y eso que varias investigaciones han encontrado dicha asociación. Además, este tipo de carne no encajaría en la definición de alimento ultraprocesado.
A la vista de estos datos, se considera que desde un punto de vista nutricional, esta clasificación parece arbitraria y se basa en la premisa de que los alimentos producidos industrialmente tienen una composición nutricional y química diferente a la de las elaboraciones caseras o de productores artesanos, algo que no tiene sentido. Los expertos comentan que en este trabajo se ha tenido en cuenta la dieta de los participantes del estudio, también se han tenido en cuenta factores como el estilo de vida, los niveles de obesidad, el tabaquismo y el consumo de alcohol, pero no se han tenido en cuenta ciertas relaciones, por ejemplo, los participantes que consumieron alimentos ultraprocesados en exceso (33’3%), en comparación con aquellos que consumieron pocos alimentos de este tipo (18,7%) tenían más probabilidades de ser fumadores, ser físicamente inactivos y de estar tomando anticonceptivos orales.
Según leemos aquí, los expertos que cuestionan el estudio proponen cuatro teorías que responden a por qué el consumo de alimentos ultraprocesados podría estar relacionado con mayor riesgo de cáncer: Que son alimentos muy energéticos, ricos en sodio y azúcares, pobres en micronutrientes y fibra, que a menudo contienen un cóctel de aditivos cuyo consumo podría estar relacionado con el cáncer, que el uso de tratamientos térmicos en la producción de estos alimentos se relaciona con contaminantes, como puede ser la acrilamida, que está asociada a un mayor riesgo de cáncer, y que disruptores endocrinos químicos como el bisfenol A, utilizado en los envases alimentarios de productos ultraprocesados, también podría estar relacionado con un mayor riesgo de cáncer.
De todos modos, será interesante conocer qué opinan otros investigadores sobre estos argumentos que cuestionan la investigación sobre la relación entre los alimentos ultraprocesados y el cáncer, así como otras posiciones contrarias, ya que, de momento, sólo vemos que se han pronunciado dos investigadores, seguro que se seguirá hablando del tema.