Una hamburguesa que vayamos a cocinar en casa puede tener la calidad que nosotros deseemos, no vamos a hablar de si es saludable o no porque ya sabemos que la OMS (Organización Mundial de la Salud) considera que la carne roja fresca es un alimento probablemente cancerígeno para los seres humanos, y cuando se habla de hamburguesas en general, se suele hacer referencia a hamburguesas de vacuno. Claro, que también se pueden hacer hamburguesas de cerdo, mixtas, de pollo, de pavo… La cuestión que queremos abordar es la calidad de la carne fresca picada convertida en hamburguesas, e insistimos, en que todo depende de nosotros, de lo que compremos.
Y para quienes van a lo cómodo y se abastecen de las hamburguesas preparadas del supermercado, está especialmente dirigido el análisis que ha realizado la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios). Han analizado 16 hamburguesas de vacuno de distintos supermercados para hacer una comparativa y proporcionar a los consumidores sus conclusiones sobre cuáles son las mejores hamburguesas frescas de vacuno dentro de la oferta que hay en los supermercados.
La selección de los 16 productos comprende siete bandejas de hamburguesas pequeñas (cuyo peso por unidad está entre 80 y 100 gramos), y nueve bandejas de hamburguesas grandes (con un peso de entre 115 y 200 gramos por unidad). El análisis se ha realizado sobre el etiquetado, la calidad de la carne y de los ingredientes que incorporan, la higiene y la cata o degustación realizada por un panel de expertos, con todo ello ofrecen una calificación global de cada producto analizado.
La OCU destaca la información obligatoria que debe constar en el etiquetado, empezando por la denominación de venta, puede ser: ‘Hamburguesa de carne picada’ cuando el único ingrediente sea carne picada, no puede llevar ningún otro ingrediente, pero esto no suele encontrarse en los supermercados. ‘Hamburguesa de preparado de carne o preparado de carne de vacuno’ cuando además de la carne picada se incluyen hortalizas, especias y aditivos permitidos, ahora veremos cuáles son. ‘Burger Meat de vacuno’ son los preparados de carne que deben llevar obligatoriamente un mínimo del 4% de cereales y/u hortalizas y pueden incorporar sulfitos.
El etiquetado siempre debe especificar el porcentaje de carne de vacuno de la que se componen las hamburguesas, así como la lista de ingredientes, la cantidad neta, los datos del fabricante, la fecha de caducidad y la forma de conservación. La mayoría de hamburguesas de supermercado llevan soja, maíz o arroz, cebolla, pimienta, sal, azúcares en forma de dextrosa, lactosa… En cuanto a los aditivos, los más utilizados son los espesantes y aglutinantes como el almidón/dextrina, los antioxidantes como los citratos, ascorbatos y lactatos, los conservantes como los acetatos y los sulfitos, y los aromas y colorantes. Recordemos que los sulfitos sólo pueden estar en las hamburguesas denominadas como ‘burger meat’, y que se pueden indicar como E221 (Sulfito sódico) y E224 (Metabisulfito potásico).
Del vídeo que la OCU ha realizado para presentar este análisis comparativo de las hamburguesas de supermercado para alertar al consumidor sobre cuáles son las de mejor calidad, si es que merece la pena tener en cuenta este dato, queremos destacar que todas las hamburguesas analizadas tienen más del doble de grasa, menos proteínas, hidratos de carbono procedentes de los almidones y azúcares, aditivos y mucha más sal que la carne de ternera.
Recordad cuando esta misma organización realizó el análisis de la carne picada de supermercado, alertando sobre la escasa calidad de este tipo de productos y de que la mayoría se componía únicamente de un 70% de carne de vacuno, el resto ya sabemos lo que es. Y aunque posteriormente algunos fabricantes mejoraron su fórmula (como explicamos en este post), sigue siendo preferible no incluir las bandejas de preparados de carne picada de los supermercados en la cesta de la compra.
Definitivamente, comer una hamburguesa de vacuno del supermercado no es lo mismo que comer un filete que se puede comprar en el mismo establecimiento (seguramente está justo al lado), ni por su valor nutricional ni por su sabor, y que el precio no sea una excusa porque en los preparados de carne de este tipo se pagan los tendones, la grasa, las especias, los aditivos… a precio de carne. Así que lo mejor, si no se quiere/puede ir comprar a la carnicería una hamburguesa de carne 100%, es comprar una picadora, comprar filetes y hacer hamburguesas caseras.
Si aún así os interesa saber cuáles son las mejores hamburguesas del supermercado, según la OCU, podéis acceder a su web a través de este enlace. Podréis encontrar, de momento, más información sobre el análisis y una guía de compra, pero para ver la clasificación y los resultados de su análisis comparativo, debéis ser socios de la organización.
Foto 1 | OCU