Es muy probable que en alguna ocasión os hayáis preguntado cuál es el origen de la cesta de Navidad, una tradición que se asocia especialmente al obsequio que realizan las empresas a sus empleados unos días antes de las fiesta navideñas. Pues bien, esta tradición se inspiró en la costumbre de las familias acomodadas de donar canastas llenas de comida a las familias menos afortunadas durante las festividades navideñas.
Esta costumbre se consolidó sobre todo en España e Inglaterra en el siglo XIX, y a partir de ella se hizo realidad la idea de regalar alimentos y otros productos durante la temporada navideña y en una cesta, aunque con el paso del tiempo el envase o contenedor ha cambiado a otros formatos, sea caja de cartón, de madera, etc., pero aún podemos ver cestas tradicionales cuando se trata de un contenido de cierto valor.
En Inglaterra la tradición de las cestas de Navidad o «Christmas Hampers» se popularizó en la época victoriana, que alude al periodo del reinado de la Reina Victoria, desde el año 1837 hasta el año 1901. Fue en ese periodo cuando las familias más pudientes comenzaron a regalar cestas llenas de golosinas y otros alimentos y bebidas típicamente festivas, a sus empleados y a aquellas personas más desfavorecidas, como un gesto de caridad y buena voluntad.
De igual modo, en España la costumbre de la «cesta de Navidad» también tiene sus raíces en la caridad, la buena voluntad y la generosidad, empezando a destacar sobre todo durante el período de posguerra en el siglo XX, en aquel entonces las empresas y otras organizaciones comenzaron a regalar cestas de alimentos a sus empleados como parte de su bonificación navideña, un extra que terminó convirtiéndose en una tradición anual.
En pocos años la tradición de regalar cestas de Navidad empezó a extenderse a otros países, convirtiéndose en una forma común de compartir el espíritu festivo y la generosidad durante la época navideña. Hoy en día podemos encontrar cestas que incluyen una gran variedad de productos gourmet, vinos, dulces y embutidos, latas de conserva y otros regalos, utilizándose tanto en entornos corporativos, como en las celebraciones familiares para expresar gratitud y amor durante las fiestas.
Actualmente las cestas navideñas se enfrentan a varios problemas y desafíos, precios y costes crecientes, ya que los productos que componen las cestas suelen ser un tanto más especiales y por tanto, más caros, y a medida que los precios de los alimentos y otros productos aumentan, las cestas se vuelven menos asequibles para quienes desean adquirirlas, por lo que la opción es comprar cestas más económicas con productos no tan selectos.
La inflación es otro problema que puede afectar significativamente el valor de las cestas navideñas, el aumento del precio de los alimentos y resto de productos habituales, pueden reducir la cantidad de productos que se pueden incluir en una cesta sin aumentar el precio, esta es la alternativa a comprar una cesta de menos calidad, que se incluyan pocos productos, pero destacados.
La sostenibilidad también es otro punto a tener en cuenta, y es que existe una creciente preocupación por la sostenibilidad y el impacto ambiental de los productos que se incluyen en las cestas navideñas. Algunas personas se decantan por opciones más éticas y ecológicas, lo que puede complicar la elección de los productos considerados tradicionales.
Las preferencias alimentarias y dietéticas han evolucionado con el tiempo, y como sabemos, cada vez son más las personas que tienen restricciones dietéticas u optan por opciones más saludables y, por tanto, se pueden encontrar en las cestas navideñas productos que hacen que sean menos atractivas.
Actualmente hay un cambio en la cultura empresarial, ya que algunas empresas han reconsiderado la tradición de dar cestas navideñas a su empleados, sustituyéndolas por otras formas de reconocimiento y bonificaciones, esto se debe a que básicamente hay una percepción de que las cestas navideñas pueden ser anticuadas o inapropiadas. Otras empresas simplemente han retirado la tradición aludiendo a problemas financieros causados por la crisis económica.
La tradición de momento se mantiene, pero desde hace algunos años se producen cambios, se opta por cestas navideñas más pequeñas, cestas personalizadas que se ajustan a las preferencias individuales, realizan donaciones caritativas en lugar de regalar cestas de productos, y es que como todo, este nicho de mercado se mantiene en constante evolución para adaptarse a las cambiantes necesidades y expectativas de la sociedad.
¿Y vosotros? ¿Cómo estáis viviendo actualmente esta tradición?
Fotos | Eurolotes