Una vez que pruebas el Crumble de fresas o fresones, no lo olvidarás jamás. Somos de los que nos apenamos cuando algunas frutas frescas y radiantes las tenemos que procesar para hacer alguna receta (nos encanta comerla a bocados), pero en este caso no nos sucede, el crumble de fresas está increíble. Y podéis ver lo simple que es de preparar, rápido y verdaderamente rico.
La receta de crumble de fresas que hoy compartimos con vosotros es un regalo para el paladar, en el que se fusiona ‘casi’ una mermelada con grandes trozos de fresas dulces y el crujiente con sabor a frutos secos. Si no lo has probado todavía, no esperes más.
Ingredientes
- 850 gramos de fresas
- 180 gramos de azúcar
- 80 gramos de harina
- 40 gramos de almendra en cubitos
- 20 gramos de avena en copos
- 60 gramos de mantequilla y un poco más para el molde
- una pizca de canela.
Elaboración
Saca la mantequilla del frigorífico con anterioridad para que esté blanda. Lava las fresas, retírales el pedúnculo y córtalas en rodajas no muy finas. Ponlas en un cuenco y añade 100 gramos de azúcar, mezcla bien y deja reposar media hora.
Precalienta el horno a 190º C. Unta el molde en el que vayas a hacer el crumble (apto para horno) con mantequilla y vierte a continuación las fresas escurriendo el jugo que han desprendido. Resérvalo para otro postre, para endulzar un yogur o para hacer una vinagreta.
Pon en un cuenco la harina, la almendra, la avena, los 80 gramos de azúcar y la mantequilla. Mezcla bien con las manos todos los ingredientes, que todo se impregne bien con la mantequilla, hasta obtener unas migas.
Reparte esta mezcla cubriendo las fresas, espolvorea una pizca de canela e introduce el molde en el horno ya caliente. Hornea el crumble de fresas durante 25-35 minutos o hasta que la superficie esté doradita.
Emplatado
Puedes servir el crumble enseguida, se suele servir caliente, aunque también puedes tomarlo frío, está igualmente buenísimo. Como os indicábamos en el post en el que hablábamos sobre el crumble, puedes acompañar este postre con crema, nata, helado… ¡Pruébalo, te chuparás los dedos!