A finales del año pasado conocíamos una noticia que mostraba una grave crisis en el sector cunícola español, la carne de conejo era un alimento poco valorado y el sector se quejaba de una acumulación de pérdidas que alcanzaba los 60 millones de euros.
Entonces nos llamaba la atención la solución que parecía haber adoptado el Gobierno español para ayudar al sector, el secretario general de Agricultura y Alimentación indicaba que una buena alternativa frente a la crisis alimentaria que se estaba sufriendo, era disfrutar de la carne de conejo en las fechas navideñas y olvidarse del pavo, del cabrito, el cordero y demás carnes de precios más elevados.
Realmente resultaba una ayuda ridícula y difícilmente serviría para solucionar la crisis en el sector cunícola, aunque el MAPA (Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación) se apresuró a indicar que se trataba de un apoyo puntual y que se habían adoptado las medidas oportunas para relanzar este producto.
La carne de conejo se situaba por aquel entonces en un precio de venta al público que oscilaba entre los 5,5 y los 6 euros por conejo, en realidad era un precio abusivo teniendo en cuenta que se le pagaba al productor un precio que nunca superaba los 1,40 euros por conejo.
Según las asociaciones cunícolas, los costes de producción y desarrollo de un conejo se situaban en 1,80 euros y no resultaba rentable dedicarse a la cría de conejos teniendo en cuenta el precio al que debían vender los animales. Es difícil entender entonces por qué seguían desarrollando su labor si debían poner dinero de su bolsillo por cada animal vendido, pero este es otro tema a abordar.
El caso es que la campaña pro-conejos del Gobierno podría haber agravado más la situación, ya que si todo el mundo se hubiera lanzado a comprar conejos, los cunicultores hubieran engordado aún más las pérdidas. Así lo manifestaron los criadores de conejo, no mostrándose satisfechos con la actuación del MAPA. La crisis del sector cunícola se había destapado y se debía ayudar, pero no de la forma en la que lo hizo el Gobierno español.
La situación parece que mejoró levemente durante el mes de marzo y abril, aumentando el precio por pieza que se pagaba a los productores, pero poco ha durado la alegría, el precio de la carne de conejo comprada en origen vuelve a caer estrepitosamente situándose en los niveles de finales de año, es decir, el sector sufre nuevas pérdidas acumulativas. Lo más gracioso es que los precios que hemos pagado los consumidores no han variado, se sigue situando en los 6 euros por pieza.
El resultado es bastante evidente, una nueva crisis se cierne sobre los productores y quizá, como no quedan muchos meses para las navidades, el Gobierno español decida recomendarnos que disfrutemos de la carne de conejo para salvar al sector.
En este gráfico podéis ver la evolución del precio de la carne de conejo durante los últimos meses, la línea azul corresponde al precio que pagan los consumidores y la línea verde al precio que se paga a los productores.
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