Tras la crisis del melón, llega la crisis de la sandía, algo que ya augurábamos que se produciría, sobre todo después de conocer a través del IPOD (Índice de Precios en Origen y Destino) que los precios en origen estaban cayendo empicado. Según el IPOD de mayo, el kilo de sandías se pagaba a los productores a 0,21 euros, en el IPOD de junio el precio cayó a 0,14. Según informa ASAJA (Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores), actualmente el precio de la sandía negra es de 0,05 euros, la reacción de los productores es comprensible, son precios que no se pueden soportar ya que se encuentran por debajo de los costes de producción.
ASAJA indica que las pérdidas económicas para los agricultores son insostenibles y muchos han decidido destruir la cosecha en la propia finca (al menos servirá de abono para nuevos cultivos). El coste de la mano de obra para recoger las sandías es mucho más elevado que lo que se puede obtener por la venta del producto, a esto hay que añadir los distintos gastos de producción, preparación de tierra, semillas, cultivo, abonos, productos fitosanitarios, etc. Por tanto, ante la crisis de la sandía, abandonar las cosechas se ha convertido en la opción más adoptada.
Con los melones ocurrió algo parecido, los agricultores decidieron destruir o donar hasta el 30% de sus producciones como protesta por la situación y por la manipulación sufrida por parte de las cadenas de distribución. El Consejero de Agricultura y Agua de la Región de Murcia indicaba que la causa de la reducción de precios era el exceso de producción de melones y que era lógico destruir parte de la cosecha, además aseguraba que Europa compraba menos melones consecuencia de las bajas temperaturas, algo que nosotros no compartíamos.
Muchos agricultores se lo pensarán dos veces antes de iniciar una nueva campaña del melón o la sandía, algunos tenían puestas las esperanzas en la fruta estrella del verano tras haber obtenido malos resultados con productos cultivados en los meses de invierno y primavera, pero la tónica se repite, precios especulativos difícilmente soportables. Este año la cosecha de sandías ha sido especialmente buena y se llega a catalogar como la mejor de los últimos 10 años, habrá además que añadir también la peor pagada.
Según el IPOD de junio, los consumidores pagábamos a 1,03 euros el kilo de sandía, actualmente y dependiendo de la cadena de distribución, podemos encontrar precios de hasta 0,40 euros el kilo de sandía. Como hemos dicho en otras ocasiones, la reducción de precios es agradecida por el consumidor pero el peso de la crisis debería ser repartida por igual, los márgenes de los intermediarios no oscilan sean vacas flacas o gordas, y aunque nos venden los productos más baratos, siempre es a costa de los productores y no de recortar un poco sus márgenes.
Las sandías de Almería no son el único producto agrario con este tipo de problemas, casi todos los alimentos de temporada sufren el mismo problema en mayor o menor medida. Como ya hemos dicho anteriormente, parece que las buenas cosechas y la abundancia son un castigo.
Foto | Vic Lic
2 comentarios
Desgraciadamente, éstas crisis las sufrimos muy a menudo en las zonas productoras, no podemos retener la maduración de las frutas y hortalizas, y estamos sujetos a unos precios que a veces son insostenibles, no cubren la producción, así que aún menos si tenemos que recolectar, eso sí, los intermediarios se llevan sus buenas comisiones, con eso no hay quien pueda…habría que cambiar totalmente el sistema para obtener cambios…y eso está aún muy lejos.
Un saludo!!
Parece evidente que tanto productores como consumidores se ajustan el cinturón para soportar la crisis, para algunos intermediarios la crisis es una buena excusa para comprar más barato y vender más, incrementando sus beneficios más que cuando estábamos en la época de las vacas gordas.
Una reglamentación parece una buena solución pero implica numerosos y grandes cambios, algo realmente complicado. Quizá una buena solución son iniciativas como la red Arco u otras en las que el productor abastece directamente a los consumidores, pero la carencia de infraestructuras es otra piedra en el camino.
Saludos.