Ante la crisis económica y la situación que viven muchas familias, es imposible ser insensible a noticias como la que ha dado a conocer COAG (Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos), 100 millones de kilos de patatas van a ser destruidos en los próximos días, estamos ante la nueva crisis de la patata 2011. Según indica el sindicato, una de las causas principales que provoca esta situación es la reciente crisis del pepino, responsable del hundimiento del consumo y de los precios.
COAG cita a las cadenas de distribución indicando que terminarán de hundir la agricultura regional, pone en relieve las diferencias especulativas entre el precio de origen y el precio de venta al consumidor final. Un ejemplo citado son las patatas de Cartagena, una patata de calidad cuyo precio ha bajado hasta los 15 céntimos por kilo. La verdad es que cada año se sufre una crisis de la patata sea por un motivo u otro, recordemos por ejemplo las patatas viejas francesas y el daño que hicieron a las producciones españolas, de ello hablábamos en el post Crisis en los alimentos de temporada. En aquel entonces la patata se cotizaba en origen a 6 céntimos kilo y se calculaba que se dejarían perder unos 40 millones de kilos de patatas.
Como sabemos, las patatas no son uno de los productos contemplados en las ayudas aprobadas por la Unión Europea para paliar los problemas ocasionados por la denuncia alemana sobre el pepino español. Hace unos días podíamos saber que las pérdidas por la crisis del pepino podrían ser totalmente sufragadas y se contemplaban ayudas para otros productos como los tomates o las lechugas, pero como ya hemos mencionado en otras ocasiones, se ha demonizado a todo el sector, la crisis del pepino se ha trasladado a otros sectores agrícolas paralizando su actividad, la crisis de la patata es sólo un ejemplo.
En el post Fobia hacia los alimentos vegetales españoles poníamos como ejemplo las patatas mallorquinas, producto que dejó de ser demandado desde el momento en el que se dio a conocer la supuesta contaminación de los pepinos por la Escherichia coli O104:21. Pero lo mismo ha pasado con otros alimentos, COAG asegura que a la destrucción de los 100 millones de kilos de patatas, le seguirá la destrucción de otros productos como el melón. Como ya indicábamos en su momento, la crisis provocada por Alemania y la reducción de la demanda es un terreno interesante para los intermediarios y especuladores, aprovecharán al máximo la oportunidad. La Comisión Europea no ha sopesado la gravedad de la crisis del sector del pepino y posiblemente mire hacia otro lado ante problemas como el que se cierne sobre las patatas y otros productos alimentarios.
Actualmente, los compradores de patatas las prefieren frescas, se arrancan y se comercializan a precios que rondan los 10-15 céntimos en origen, el precio de venta al consumidor final es de unos 0’83 euros, es decir, una diferencia de un 830%, los consumidores pagamos 8’3 veces su valor en origen, pero estos datos pueden variar, esto es algo que podremos constatar en el IPOD de junio que nos facilitará COAG a principios de julio. El sindicato agrario reclama ayudas a todos aquellos productos que directa o indirectamente han sufrido las consecuencias de la acusación alemana, esto es algo complicado dado que en el caso de las patatas, no existe una Organización Común de Mercado, por lo que no se podría aprobar una ayuda.
Los productores murcianos están al borde del abismo, basta dar un vistazo a las gráficas que aparecen en la página oficial de COAG para comprender un poco mejor la situación y cómo las cadenas de distribución la han aprovechado. La caída de los precios ha sido generalizada, los datos a nivel nacional los conocemos, pero sería interesante poder dar a conocer durante unos meses, un Índice de Precios en Origen y Destino de los alimentos a nivel europeo, tomando como referencia exclusiva a los alimentos españoles, ¿a qué precio compran los demás países nuestros productos?
Por otro lado, ¿por qué se deben tirar 100 millones de kilos de patatas a la basura?, una solución podría ser vetar la entrada de patatas de otros países y que se consuma únicamente a nivel nacional patata española a precios justos, posiblemente se podría superar en la medida de lo posible la actual crisis de la patata, claro que esto es algo muy complicado, sobre todo si lo que predomina son los intereses económicos de las distribuidoras e intermediarios.
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