Normalmente compramos las costillas de cerdo carnosas para hacer guisos con patatas, arroz, legumbres… pero también son ideales para guisarlas solas, con algunas especias, salsas, aromáticos… y disfrutarlas como os presentamos en la receta que hoy compartimos con vosotros, son las Costillas de cerdo con salsa de soja y miel, una combinación muy sabrosa y con un punto goloso que enamora, seguro que lo habéis probado en alguna ocasión, es aplicable a muchas recetas, tanto de carne como de pescados y de hortalizas u otros alimentos vegetales.
El caso es que si os gustan las costillas de cerdo carnosas y las recetas con un toque oriental, no os podéis perder esta receta, un guiso que se hace a fuego lento y que está para chuparse los dedos, aunque estas deliciosas costillas se pueden comer fácilmente con cuchillo y tenedor, que también hay a quien no le gusta ensuciarse las manos para comer. Como veréis a continuación, la elaboración de estas costillas de cerdo glaseadas es muy sencilla, pero requiere de su tiempo para que la carne quede muy tierna, jugosa y melosa. Esto no supone ninguna pega si se empieza a cocinar con tiempo, es una receta que se hace sola.
Ingredientes (4 comensales)
- 1 kilo de costillas de cerdo carnosas troceadas
- 2 dientes de ajo
- 1 rodaja gruesa de jengibre
- 100 gramos de agua
- 120 gramos de salsa de soja
- 1 c/p de salsa de ostras
- 40 gramos de vinagre de manzana
- 40 gramos de vino blanco
- 75 gramos de miel cruda
- 1 c/c de comino molido
- c/n de pimienta de Jamaica recién molida
- 1 c/s de tomillo fresco
- c/n de sal
- c/n de aceite de oliva virgen extra.
Elaboración
Elige unas costillas de cerdo carnosas para hacer esta receta, cómpralas ya cortadas, puedes pedir al carnicero que las corte en trocitos para un guiso. Si compras en la carnicería del supermercado seguramente también las tendrán en bandejas ya cortadas (lo de las bandejas sigue siendo un problema medioambiental por ser plástico de un solo uso).
No peles los ajos, dales un golpe para que se rompan. Pela la rodaja de jengibre y déjala entera si no quieres demasiada intensidad de su sabor. Pero también se puede hacer una pasta de ajo y jengibre para hacer este guiso, aquí explicamos cómo se prepara.
En un bol pon el agua, la salsa de soja, la salsa de ostras, el vinagre (también puede ser de arroz u otro al gusto) y el vino. Prepara también la miel y las especias, que puedes poner al gusto, y puedes añadir un poco de guindilla si quieres dar un toque picante a las costillas carnosas.
Pon una cazuela a calentar con un poco de aceite de oliva virgen extra y dora las costillas de cerdo a fuego fuerte, añade un poco de sal (recuerda que la salsa de soja también salará) y ve dándoles la vuelta. Cuando se hayan dorado, baja el fuego y añade la pasta de jengibre y ajo (si los pones enteros añádelos un poco antes, cuando las costillas se estén dorando), dale un par de vueltas para que aromaticen la carne.
Moja con la mezcla de salsa de soja, añade la miel, las especias y un poco de tomillo, sube el fuego para que rompa a hervir y tapa. En el momento en el que entre en ebullición, baja el fuego al mínimo y cocina durante una hora o una hora y media, según el tamaño de las costillas, deben quedar muy tiernas. De vez en cuando, ve moviéndolas y glaseando con los jugos.
Prepara la guarnición para la carne, pueden ser unas patatas fritas, arroz basmati, fideos de arroz, ensalada…
Acabado y presentación
Cuando las costillas carnosas de cerdo estén muy tiernas y la salsa se haya convertido en un glaseado, como un caramelo salado y dulce, apaga el fuego, están listas para servir. Puedes presentarlas sobre una cama de patatas fritas, arroz blanco o vermicelli, decorando con unas puntas de tomillo fresco. ¡Buen provecho!
Abreviaturas
c/s = Cuchara sopera
c/p = Cuchara de postre
c/c = Cuchara de café
c/n = Cantidad necesaria