Para la elaboración y decoración de algunos dulces y postres es habitual utilizar pequeñas piezas de confitería, recordemos que hemos hablado de algunos de los nuevos términos introducidos en el argot gastronómico, especialmente en el repostero y pastelero, como son los sprinkles, voz inglesa que se traduce como espolvorear o esparcir, pero que hace referencia a las mencionadas pequeñas piezas dulces, como fideos de chocolate, bolitas de anís, copos de azúcar… utilizadas para decorar tartas, helados, cupcakes y otros dulces.
También hemos hablado de los nonpareils, en este caso se trata de un término francés mucho más antiguo, son unas bolitas o perlas de azúcar que aparecieron alrededor del siglo XVIII-XIX, siendo originalmente de color blanco opaco, pero hoy se hacen de todos los colores y con distintos tamaños, es más, parece ser que se denominaron nonpareils porque no se puede encontrar una pareja de bolitas exactamente igual.
Hoy queremos hablar de los flakes de chocolate porque también es un término habitualmente utilizado en pastelería, éstos se enmarcarían dentro de los sprinkles, y en español se pueden denominar copos, hojuelas o escamas de chocolate, entre otros términos similares.
No son los típicos fideos de chocolate utilizados para rebozar trufas o decorar el contorno de un pastel, ni las gotas o lágrimas de chocolate que normalmente son para fundir o para incorporar en masas de galletas y bizcochos. Los copos, hojuelas, escamas o flakes de chocolate son pequeños trocitos de chocolate planos y finos. Dependiendo del fabricante que lo haya elaborado puede tener un tamaño y un grosor mayor o menor, de todas formas, también tienen formas irregulares, como sucede con los nonpareils clásicos.
Estas piezas de confitería se pueden encontrar elaboradas con distintos tipos de chocolate, además de que cambia la calidad según el fabricante, se pueden elegir de chocolate negro, con leche y blanco, e incluso los habrá de colores (con colorante). Su finalidad también es la de terminar ciertas elaboraciones de pastelería y confitería, como trufas, pasteles, donuts, cupcakes… para mejorar la estética, además de incorporar sabor y textura. A nosotros nos gustan especialmente para aportar un contraste de textura (amén de su sabor),en postres cremosos, ya que los copos resultan crujientes, por ejemplo en cremas, espumas, mousses y helados.
Aunque os hemos hablado de los copos de chocolate comerciales, debemos deciros que hacerlos en casa no es difícil, basta con fundir un buen chocolate y extenderlo sobre papel vegetal haciendo una capa muy fina, dejar enfriar y endurecer y después romper esa hoja de chocolate. Si queréis os mostramos cómo hacer flakes de chocolate con fotos paso a paso.
Foto | Judy