Las cooperativas ecológicas están formadas por grupos de personas que desean asegurarse de que todos los alimentos que consumen son totalmente ecológicos y han sido producidos bajo los parámetros adecuados de calidad y sostenibilidad. Parece que esta nueva modalidad de consumo está experimentando un pequeño boom en Catalunya, ya son 2.500 familias catalanas las que están asociadas a estas cooperativas ecológicas, cuya filosofía es el rechazo a todos aquellos alimentos que han sido producidos a través de la industrialización.
Hasta 50 cooperativas ecológicas operan en Cataluña y su ritmo de crecimiento se sitúa en unas 100 familias por año, pero dada la creciente conciencia ecológica y el respeto por el medio ambiente, posiblemente esta cifra sea más significativa en años venideros. Cada cooperativa suele estar formada por un máximo de 50 familias, existe un trato directo entre productor y consumidor para evitar los intermediarios y lograr que el precio de los alimentos sea, al menos, igual que el precio que ofrecen los productos que se desarrollan de forma industrial.
La pasión por la alimentación ecológica parece bastante evidente, sobre todo cuando se pretende constituir una nueva cooperativa ecológica y se llega al tope de las 50 familias que desean pertenecer a ella antes de que comience a funcionar. Algunos de los responsables de estas cooperativas ecológicas indican que es tal la demanda, que deben desdoblarse formando otra nueva comunidad para abastecerla. Los alimentos ecológicos son cada día más valorados, pero también se busca el modo de evitar tener que pagar precios desorbitados por ellos, evitar intermediarios es una buena opción.
En este punto hacemos un alto, ya que en realidad, los productos ecológicos no son más caros que los convencionales, al menos así se manifiesta en un estudio comparativo realizado por el Grupo de Desarrollo Rural del Guadalhorce. En el estudio se han recogido los precios de varios productos (frutas y verduras) de algunas cadenas de supermercados y se han comparado con los precios de los mismos productos, pero en este caso producidos de forma ecológica.
Según el informe ofrecido por el Grupo de Desarrollo Rural del Guadalhorce, en la mayoría de los casos los alimentos ecológicos eran más baratos, ya que evitaban a los intermediarios, se venden directamente a los consumidores. Al desaparecer los intermediarios parece obvio que los precios se reducen y se puede disfrutar de una alimentación más saludable y sabrosa, como la que proporciona la alimentación ecológica.
Las cooperativas ecológicas intentan proveer de todo tipo de alimentos a los consumidores de productos ecológicos. La idea es conseguir abastecerse de forma que no sea necesario acudir a comprar a las cadenas de alimentación, algo que parece que algunas cooperativas han conseguido, al menos así lo manifiesta Javier Fernández, un miembro de la cooperativa Cydonia sistuada en el Poble Nou de Barcelona.
El fenómeno de las cooperativas ecológicas es más notorio en las grandes ciudades, ya que en poblaciones más pequeñas hay más facilidades para obtener productos ecológicos directamente de los productores. Estas cooperativas se perfilan como una de las opciones más viables para disfrutar de una alimentación totalmente ecológica sin tener que pagar un precio más elevado.
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