Quienes normalmente hacéis conservas, seguramente conocéis los tarros que tienen un sistema de cierre especial compuesto por dos piezas, un disco que tapa y un aro que lo fija a través de la rosca, en conjunto es como una tapa normal de cualquier tarro de cocina, pero este sistema de dos piezas hace que si se tiene que cambiar la tapa para hacer nuevas conservas, sólo se tenga que sustituir el disco, y no la rosca. Mason jar es una de las marcas más populares en el mercado de habla inglesa, pero actualmente en el mercado hay otras marcas que imitan este sistema, uno de ellos os lo mostramos aquí.
Así que es fácil que muchos de vosotros tengáis estos tarros de conserva y os guste saber que son muy versátiles, es decir, que se pueden utilizar para distintas cosas, y no sólo para hacer conservas. De hecho, hay una empresa que ha diseñado diversos accesorios para ellos, por lo que los tarros se pueden convertir en un vaso para beber, en una coctelera, en una fiambrera… el ejemplo de la fiambrera lo podéis ver aquí.
Y nos centramos en este ejemplo porque está relacionado con el truco que os queremos mostrar, si os fijáis en la imagen que encabeza este post veréis uno de esos tarros (los hay de distintos tamaños y formas) se ha convertido en una fiambrera o en un recipiente apto para transportar alimentos, como con el accesorio BNTO del que os hemos hablado antes, pero sin necesidad de comprarlo, pues en el mercado hay diversos productos que se comercializan en vasitos similares, pueden ser yogures, papillas de fruta para bebés, fruta troceada…
Bajo estas líneas podéis ver el vídeo que muestra cómo su autora prepara su tarro de conserva, tipo Mason jar, para que sea ideal para transportar aperitivos, almuerzos y demás, como ejemplo vemos unas galletitas saladas y unas lonchas de queso, o unos cereales de desayuno y leche, entre otros. Son ingredientes que se tienen que llevar por separado para que a la hora de servir, estén frescos y crujientes.
Como habéis podido contemplar, el vasito se sujeta al tarro colocándolo entre el disco que forma la tapa y el aro que tiene la rosca, claro, que es necesario que el diámetro del vasito se adapte al de la tapa, pero parece que no debe ser muy difícil, que es una medida bastante habitual. Así que esperamos que este truco de cocina os resulte útil y que lo compartáis con vuestros familiares y amigos por si también pueden sacar provecho a sus tarros de conserva para convertirlos en fiambreras para llevar el almuerzo.
Fotos | Smart School House