Sabemos que millones de toneladas de alimentos se tiran a la basura, sucede a lo largo de toda la cadena alimentaria, y como bien sabemos, termina con lo que los consumidores finales convertimos en desperdicios. Se realizan distintas campañas de concienciación para evitar semejantes pérdidas que no sólo afectan a la economía, también al medio ambiente, además de afectar moralmente por la cantidad de hambre que hay en el mundo. En el post 1.300 millones de toneladas de alimentos se tiran a la basura, conocíamos muchos detalles sobre un informe de la FAO que os recomendamos leer.
Dado que los desperdicios alimentarios se generan desde el momento de su producción, las campañas deben realizarse en cada eslabón de la cadena alimentaria, recordemos que recientemente conocíamos una guía que ofrece consejos y herramientas dirigidas al sector de la hostelería y la restauración para ayudar a reducir el volumen de desperdicios de alimentos, podéis verlo en Abra los ojos ante los desperdicios. Hoy vamos a tratar sobre la generación de residuos en el hogar con unos sencillos consejos para tirar menos residuos alimentarios, ahorrar y proteger el medio ambiente que ha publicado la Comisión Europea:
1. Planifique la compra: Elabore un menú semanal. Mire el frigorífico y la despensa para ver si cuenta con los ingredientes necesarios y confeccione una lista de la compra en la que sólo figuren los que le hagan falta. Cuando llegue a la tienda consulte la lista y limítese a comprar lo que haya apuntado. 10 Consejos para generar menos residuos alimentarios
No se deje tentar por las ofertas y no haga la compra con hambre: volverá a casa con más artículos de los necesarios. Compre la fruta y verdura por piezas en lugar de preenvasada, de esta forma comprará exactamente la cantidad que necesite.
2. Compruebe la fecha de caducidad: Si no tiene previsto consumir de inmediato un artículo cuya fecha de caducidad se aproxime, coja otro que caduque más tarde o cómprelo el día que vaya a consumirlo. Tenga en cuenta la información de las etiquetas: ‘Fecha de caducidad’ indica que ese alimento sólo puede consumirse con seguridad hasta la fecha señalada (es la etiqueta que suele figurar en la carne y el pescado); ‘Consumir preferentemente antes de’ indica que ese producto mantendrá la calidad esperada hasta la fecha señalada, que la fecha de consumo preferente de un producto ya haya pasado no quiere decir que no sea seguro.
3. Tenga en cuenta su presupuesto: Tirar comida equivale a tirar dinero.
4. Mantenga el frigorífico en orden: Compruebe las juntas del frigorífico y la temperatura del interior. Para garantizar la frescura y longevidad de los alimentos, debe conservarlos a una temperatura comprendida entre 1 y 5º C.
5. Almacene los alimentos siguiendo las instrucciones que figuran en el envase.
6. Vaya rotando los alimentos: Cuando compre alimentos, ponga delante los que ya estaban en el frigorífico y la despensa, y coloque detrás los que acaba de comprar. Con esto evitará el riesgo de almacenar productos enmohecidos.
7. Sirva cantidades pequeñas de comida dando a entender que todos pueden repetir una vez que se hayan acabado lo que tienen en el plato.
8. Aproveche los restos: En lugar de tirar a la basura los restos de comida, utilícelos para la comida del día siguiente, aprovéchelos como ingredientes para la cena de ese día o congélelos para otra ocasión. La fruta demasiado madura puede utilizarse para hacer batidos o tartas. Las verduras que empiezan a ponerse mustias pueden aprovecharse para cremas o sopas.
9. Congele: Si come poco pan, congélelo cuando llegue a casa y saque unas cuantas rebanadas dos horas antes de que vaya a consumirlas. Congele alimentos cocinados, así tendrá la cena lista para esas noches en las que está demasiado cansado para cocinar.
10. Convierta los residuos en abono para el jardín: Siempre habrá residuos que haya que desechar, así que ¿por qué no hacer compost con las mondas de frutas y verduras? En pocos meses obtendrá un excelente abono para las plantas. Los residuos de comida preparada pueden aprovecharse con un compostador doméstico. Sólo hay que depositar los residuos, cubrirlos con una capa de microbios especiales y dejar que fermenten. El producto resultante puede utilizarse para abonar el jardín o las plantas del interior.
Tener control sobre los alimentos que tenemos en nuestra despensa o en el frigorífico es necesario, según los miembros que compongan la familia puede ser más complicado organizar las existencias y los menús de memoria, por eso os hablaremos en breve de realizar un inventario y mantener cierto orden. Seguro que vosotros tenéis muchos consejos que sumar para evitar generar desperdicios alimentarios, pero no olvidemos también otro aspecto interesante que ya os comentamos, preciclar es mucho más económico y ecológico que reciclar.
¿Ampliamos la lista de los diez consejos?