Las fresas, o, mejor dicho, los fresones, son una fruta que gustan a todos, pero tienen un problema que todos pagamos alguna vez, y es que una vez recolectada de su planta tiene una vida muy corta, y en dos o tres días podemos encontrarnos en el frigorífico con las fresas estropeadas, convertidas en desperdicio alimentario. Estos preciados frutos rojos se enmarcan en las frutas no climatéricas, ya sabéis que eso significa que no tiene la capacidad de seguir madurando postcosecha, es decir, cuando se ha separado de la planta, por eso es imprescindible recolectarla cuando haya alcanzado su punto óptimo de maduración para el consumo.
A esto hay que sumar que, según los expertos, el manejo de las fresas se realiza a temperatura ambiente y esto provoca que en sólo ocho horas puedan deteriorarse hasta un 80%. Además, se ven seriamente afectadas por los hongos, especialmente por el moho gris, Botrytis cinerea, que tiene la capacidad de seguir desarrollándose incluso en temperaturas de 0º C – 4º C), y el moho Rhizopus stolonifer, también conocido como ‘moho’ del pan.
Como consumidores, debemos tener en cuenta los buenos consejos para comprar y conservar las fresas para disfrutar de esta fruta en su mejor momento y evitar lo antes mencionado, que se convierta en desperdicio alimentario, pues esto juega en contra de nuestra economía, del medioambiente… Y como consumidores responsables deberíamos tener también en cuenta cómo las compramos. Seguramente en la mayoría de hogares se compran las bandejas de plástico con medio, uno o dos kilos de fresas que ofrecen en los supermercados, en caso contrario no serían las que más abundan y las que tienen un precio más bajo. Y la oferta es mayor cuanto más producto contenga la bandeja, si es que… ponen (precisamente) en bandeja que las fresas se estropeen en la nevera.
Aquí es totalmente aplicable lo de que ‘a veces, lo barato acaba saliendo caro’, pues compras la fruta al precio más barato por kilo, pero después tienes que tirar media bandeja, algunas ya se tienen que retirar o intentar aprovechar en el momento en el que se compran, pues ya están tocadas, y como se ha comprado una bandeja muy grande, han pasado tres o cuatro días y todavía hay media caja en el frigorífico, y buena parte de ellas ya se han estropeado. Entonces se tiran a la basura y se compra otra caja. Calculad el desperdicio alimentario que pueden generar las fresas, y no sólo en los hogares, también en los supermercados e hipermercados, pues allí también se estropean. Y sumad a esto la cantidad de plástico que se está utilizando y que en menos de una semana será basura para el planeta.
Consejos para comprar fresas
- El primer consejo para comprar fresas es que las compréis a granel, para lo que será necesario ir a una frutería, sea una tienda independiente o en el mercado de abastos. De este modo podréis comprar sólo la cantidad que vayáis a consumir, y siempre lo más frescas posible. Además, se ahorrará en plástico, incluso se pueden evitar las bolsas de plástico ligeras.
- Como es una fruta no climatérica, debe tener el aroma y el color de la fruta madura, rojo brillante, no se deben elegir (y si las pone el frutero se lo podemos decir, pues compramos lo que queremos, no nos venden lo que quieran) las fresas que tengan zonas verdes, una tonalidad algo pálida o rojo oscuro por exceso de madurez.
- Las fresas deben mantener su pedúnculo, no deben presentar golpes, ni cortes, ni deben desprender jugo, y mucho menos tener presencia de hongos (parte de esto no se puede ver cuando se compran las bandejas de dos kilos, en las que la fruta está amontonada).
Consejos para conservar fresas
- Una vez en casa, hay que dar un repaso a las fresas que se han comprado para comprobar si se ha colado alguna en mal estado, si no se separa de la fruta sana, acelerará su deterioro.
- Las fresas no hay que lavarlas antes de guardarlas, ganan humedad, pierden aroma y sabor, así que lo único que hay que hacer es pasarlas a un recipiente en el que haya suficiente capacidad para poner todas las fresas en una capa, y tapar el recipiente con film transparente al que se le practicarán unos agujeros para que la fruta respire.
- Si se van a consumir las fresas el mismo día no hace falta guardarlas en el frigorífico (en la parte más alta o en el cajón de la fruta), si son para comerlas al día siguiente, sí será necesario conservarlas en frío. Y si se van a consumir una parte el mismo día y el resto en días consecutivos, pues se dejan fuera del frigorífico las que se van a gastar en breve y el resto se ponen en frío.
Cuando se vayan a consumir, si están en el frigorífico deberán sacarse al menos una hora antes para que estén a temperatura ambiente y se pueda apreciar su aroma y su sabor. Y sólo momentos antes de comerlas, si se van a comer al natural, es cuando se deben lavar y retirar el pedúnculo. Evidentemente, si hay que preparar un postre, se deberán lavar y cortar antes de proceder a su elaboración.
Si por cualquier motivo se tiene conocimiento de que las fresas no se van a consumir en tres-cinco días, será necesario congelarlas o hacer alguna receta con ellas que implique el cocinado, por ejemplo, una mermelada, un coulis, etc.
Y ¿qué hacer si las fresas están a punto de estropearse y no se van a comer ese día?, pues lo mismo, incorporarlas en alguna receta que facilite su consumo y, en algunos casos, que prolongue su vida útil. No hace mucho tiempo hicimos un post en el que os dábamos ideas para aprovechar las fresas muy maduras, así que os recomendamos que toméis nota de esas propuestas accediendo a través de este enlace, encontraréis muchas recetas deliciosas y fáciles de hacer (y en el blog hay muchas más).
Foto 1 | Fumiaki Yoshimatsu