El primer día de septiembre es, para muchos, el fin de las vacaciones, pues aunque sólo se haya disfrutado de un par de semanas de vacaciones reales en todo el verano, siempre nos damos más licencias durante los meses de julio y agosto, y el 1 de septiembre parece que se acaba todo. De hecho, ya hace semanas que se ha empezado a apreciar que los días no son tan largos, y ya sabemos que la luz natural da mucha vida. En fin, hoy es un buen día para retomar la lectura del post en el que os hablamos del síndrome postvacacional, también denominado estrés o depresión postvacacional.
No se trata de una enfermedad, aunque que muchas personas pueden padecer alteraciones físicas, como somnolencia, dolor de cabeza, dolores musculares, fatiga… y psíquicas, como apatía, tristeza, nerviosismo o irritabilidad, cuando tienen que volver a la rutina y al trabajo. Por eso, cada año por estas fechas se habla del mencionado síndrome que suele afectar a menores de 45 años, y que suele desaparecer pasadas un par de semanas de la vuelta a los hábitos, es decir, tiempo en el que el cuerpo se habitúa de nuevo a sus horarios.
Además de hablar del tema, normalmente se proporcionan consejos para aliviar o evitar los síntomas del síndrome postvacacional, y hay varios que se pueden destacar, aunque no todos son generalizables, cada persona, según su estilo de vida, podrá tomar nota de unos o de otros. Si os parece, aunque no todos están relacionados con la alimentación, aunque tiene una parte importante, vamos a repasar algunos de los consejos para afrontar el síndrome postvacional.
– Planificar el regreso a casa o retomar los hábitos y rutinas con tiempo, poco a poco, y no de forma drástica el último día de las vacaciones. Esto implica tanto los horarios de sueño como los de la comida, y la organización de la casa, entre otras cosas.
– Tomarse el fin del verano con filosofía, satisfechos de haber disfrutado del verano y de la compañía, con ganas de enfrentarse a nuevos retos, tanto en el trabajo como en el día a día, y aprendiendo a disfrutar de nuevo de los pequeños ratitos de ocio que nos dejan las obligaciones.
– El primer día de trabajo no hay que pretender ponerse al día de todo lo que se dejó pendiente o de lo que han dejado pendiente los compañeros, las cosas bien hechas requieren su tiempo, y echar más horas tampoco es conveniente, pues se estaría robando tiempo que es necesario para estar con la familia. De hecho, uno de los principales problemas de la sociedad hoy en día es la falta de conciliación familiar y laboral, y esto ayuda a potenciar el estrés postvacacional. Quizá también es el momento para cambiar aquello del trabajo que no gusta, aunque esto no siempre es posible, y menos sabiendo cómo está la situación laboral en nuestro país.
– Organizar la agenda laboral y personal para evitar situaciones de estrés, poniendo por orden de prioridades las tareas pendientes que hay que afrontar.
– Aunque ya sólo se disponga de uno o dos días libres a la semana (el fin de semana) y se hayan agotado los ahorros destinados al ocio y a las vacaciones, hay que organizar actividades para disfrutar en familia o con los amigos los fines de semana, de este modo se tiene un aliciente más para superar la semana.
– Respetar las horas de sueño, realizar ejercicio o actividad física, evitar pensamiento recurrentes que puedan incrementar la ansiedad, tener una actitud positiva y valorar los buenos momentos del día a día…
Seguramente muchos de estos consejos se podrán aplicar y funcionarán bien, pero también hay que tener en cuenta la alimentación, por eso también queremos recomendaros el artículo en el que compartimos algunas recetas para afrontar el síndrome postvacacional, y si queréis, próximamente podremos hacer otro recopilatorio. Y es que, como seguramente sabéis, hay muchos alimentos que además de hacernos sentir mejor en general, pueden ayudar a evitar el síndrome postvacacional.
Siempre se habla de que es bueno incorporar en la dieta alimentos que contengan triptófano porque este aminoácido esencial favorece el bienestar general, se considera un antidepresivo natural, reduciendo la ansiedad, el estrés, el insomnio… y son muchos los alimentos que contienen triptófano, aquí os hablamos de algunos de ellos, y los volvemos a citar: el chocolate, la leche y derivados lácteos, los huevos, los frutos secos, las frutas (aguacates, naranjas, melocotones, manzanas, uvas, fresas, mangos…), la hortalizas y verduras (lechuga, berenjenas, tomates, zanahorias, endibias, espárragos, espinacas, berros…), las legumbres (soja, garbanzos, lentejas, judías, guisantes…), los cereales (trigo, avena, maíz, centeno, arroz…), las semillas (sésamo, girasol, fenogreco…), los pescados (sobre todo pescados azules), aves y carnes.
¿Y vosotros?, ¿qué consejos nos podéis proporcionar para aliviar los síntomas del síndrome postvacacional?, ¿qué es lo que mejor os funciona para empezar el mes de septiembre pletóricos?