A partir de ahora se puede conocer la temperatura de una bodega antes de construirla y así elegir el lugar idóneo que permitirá una correcta crianza y maduración de los vinos. La respuesta está en el nuevo modelo matemático diseñado por un grupo de expertos pertenecientes a la UPN (Universidad politécnica de Madrid), la nueva ecuación tiene en cuenta diversos aspectos como las características del terreno y su composición, la profundidad a la que se pretende construir y los datos medioambientales externos del lugar.
Es un modo de acertar con precisión la ubicación de una nueva bodega, según los expertos la temperatura de crianza es fundamental para poder desarrollar vinos de calidad y esta temperatura debe ser estable.
Durante los últimos años, como parte del diseño y la innovación, las bodegas se han construido apartándose del sistema tradicional, son bodegas ubicadas en edificios con lo que mantener perfectamente climatizada la estancia en la que maduran los vinos representa un gasto energético mucho mayor y por consiguiente un mayor esfuerzo económico.
Retomando las tradicionales bodegas subterráneas de antaño, los investigadores proponen utilizar el modelo matemático que determinará la temperatura y la humedad interior que reinará en la bodega, de este modo según indican los expertos, se podrían proporcionar las pautas de las nuevas bodegas que se construyan en el siglo XXI.
Otro dato que cabe destacar es que resulta más interesante visitar una bodega subterránea como las de antaño que las nuevas construcciones que se han realizado durante estos últimos años, en las subterráneas se respira otro ambiente, desaparece el aspecto tecnológico y es sustituido por un ambiente con más cuerpo, más solemne y que da la impresión de desarrollar mejores vinos, decimos esto porque a nivel de turismo enológico, algunos aficionados a la enología con los que hemos hablado manifiestan disfrutar mucho más en una visita a este tipo de bodegas.
La ecuación para vaticinar las condiciones de la bodega se denomina «ecuación sinusoidal propuesta por Labs«, desarrollada hace varios años, se utilizaba para calcular la temperatura de los suelos pero que con las modificaciones oportunas, se ha adaptado a lo que sería el suelo interior de una bodega. Gracias a los datos obtenidos, se puede encontrar el lugar ideal para criar los vinos, con temperaturas que no superen los 18º C y con variaciones relativamente pequeñas.
Por el momento, todas las pruebas de la investigación que se han realizado durante los dos últimos años sobre el modelo matemático utilizado en tres bodegas tradicionales de la Ribera del Duero han sido satisfactorias y muestran que las condiciones que ofrecen este tipo de bodegas son ideales para la crianza del vino. Quienes elaboraban vino antaño sabían lo que se hacían y seguían unas pautas en la construcción de bodegas que permitían obtener magníficos vinos, ahora con el modelo matemático se mejoran significativamente las pautas pudiéndose aplicar a nuestro siglo.