Poder congelar la masa de galletas que hacemos en casa es una maravilla por varias razones, seguro que cada uno encontrará la que más le convenza, y esperamos que conocer este dato sirva para que muchas personas se animen a hacer galletas caseras, o a hacerlas con más asiduidad, sin excusas de falta de tiempo. Hacer galletas es muy fácil, pero también es entretenido, con una pequeña cantidad de masa salen muchas unidades y darles forma es lo que nos puede ocupar más tiempo.
Se puede valorar como solución hacer menor cantidad de masa, pero a veces las fórmulas pueden ser complicadas de llevar a cabo, por ejemplo, por tener que modificar la cantidad de huevo reduciéndolo a media unidad, no tener la herramienta adecuada, la báscula, para pesar pequeñas cantidades… Intentamos valorar todos los ‘peros’ que podéis poner para abandonar la idea de hacer galletas caseras.
Así que, si es por falta de tiempo o porque sois pocos en casa para el consumo de muchas galletas, no hay excusa porque como veis, podéis congelar la masa que no queráis hornear de momento. Deben ser masas firmes, y pueden ser de distintos tipos, galletas de mantequilla, galletas de chocolate, galletas de avena, etc.
También están las familias que exclusivamente consumen repostería casera, y en lugar de hacer las galletas todas las semanas desde el principio al final, pueden preparar una gran cantidad de masa cada mes y congelar parte de ella para, semana a semana, retirar la masa necesaria y sencillamente hornearla. Es también un interesante recurso para que en un momento dado, por cualquier motivo se necesiten galletas (sea para ofrecer a unos invitados inesperados, porque se presenta una celebración, por un antojo…), se tratará de descongelar y hornear, y ya sabemos que las galletas se hornean en unos minutos.
Vamos a ver cómo congelar la masa de las galletas, porque podemos hacerlo de distintas formas, y así cada cual podrá adoptar la que le resulte más práctica y cómoda. Lo menos práctico sería congelar toda la masa en bloque, lo ideal es hacerlo ya en porciones, pero se pueden hacer sencillamente unas bolas con la masa o darles ya la forma final de la galleta que se desee elaborar. Recordad que se puede utilizar la cuchara para helados para hacer porciones de masa iguales, de forma rápida y cómoda.
Generalmente es necesario reducir todo lo posible el espacio que los alimentos ocupan en el congelador, así pues, hay quien congela la masa de las galletas introduciéndolas en cubiteras, en bolsas de congelación o en tuppers. En estos últimos casos hay que proceder primero a congelar las porciones de masa estando extendidas, no amontonadas, para ello se pueden colocar todas las piezas en una bandeja cubierta con papel vegetal e introducirla en el congelador. Una hora después aproximadamente, la masa de las galletas ya estará congelada y se podrá pasar de la bandeja a una bolsa de congelación, ocupando así menos espacio. Es muy importante evitar que el frío queme la masa y que ésta pueda absorber los olores de otros alimentos.
Como siempre que se congela un alimento, es muy importante marcar en el paquete o recipiente, su contenido y la fecha en la que se ha introducido en el congelador. La masa de galletas congelada se recomienda consumir en un plazo máximo de cuatro meses. Cuanto más tiempo tengamos pensado dejar la masa en el congelador, más hay que cuidar su envasado, se pueden filmar (envolver con film transparente) antes de introducirlas en la bolsa o recipiente de congelación, incluso haciendo paquetes que contengan las unidades que deseemos descongelar cada vez.
¿Y cómo descongelar y hornear la galletas?, pues como el resto de alimentos, dejar que se descongelen en el frigorífico y posteriormente proceder según el estado de la masa, si hay que darle forma o están listas para colocarlas en la bandeja y hornearlas como indica la receta de galletas. En pocos minutos podréis disfrutar de la repostería casera recién hecha.