Con esta galería de imágenes se completa el álbum de las creaciones que han participado en el Concurso Nacional de Pinchos y Tapas Ciudad de Valladolid 2012, un total de 65 cocineros procedentes de distintas regiones de nuestro país han dejado el sello de su cocina y en muchos casos, de la gastronomía de su tierra, en la ciudad que acoge el certamen de pinchos de mayor relevancia en España, Valladolid.
En esta tercera parte del Concurso Nacional de Pinchos de Valladolid 2012 se contemplan los 21 pinchos y tapas que se presentaron el miércoles por la mañana, los de la jornada anterior podéis volver a verlos en la primera parte y de la segunda parte del concurso en imágenes, además de los vídeos resumen de la primera jornada y de la segunda jornada.
Y poco más que añadir conociendo también a los ganadores del certamen, si hablamos de la parte oficial. En lo que respecta a lo personal, a nuestras conclusiones sobre el Concurso Nacional de Pinchos y Tapas de Valladolid, es reiterar su consolidación y éxito, la ciudad se mueve. Este concurso incita a los cocineros a crear, a innovar, a buscar el sabor, la rentabilidad en el bar o restaurante, la satisfacción del comensal…
Y premia a quien tiene una buena base en cocina, además de saber utilizar la técnica para extraer el mejor sabor, a quien tiene claro que un pincho o una tapa debe poder tomarse en uno o dos bocados, cómodamente. En esta octava edición, al menos el concepto se ha tenido más claro que en otras ediciones en las que en muchos casos, las tapas eran medias raciones. ¿Cuál nos parece que ha sido la tendencia general? La recuperación de platos tradicionales y con sus ingredientes, con sus sabores, pero con otra presentación e incluso forma de comerlo.
Han abundado los guisos, encabezando el rabo de ternera, también guisos de cordero, carrilladas… cortes económicos para entrar en precio. Y se presentado en forma de helado, de cilindro, de sándwich… ha habido pocos huevos (ni un huevo a baja temperatura, al fin), se ha sustituido el pan tradicional con el que se sirve un pincho, por masas del tipo quebrada enriquecida con sabores como las setas, el queso, la miel… con pasta filo, más fina y también crujiente, cilindros de almendra, crujientes de maíz o de trigo…
Con ellos se podía saborear una porrusalda, un bacalao a la vizcaína, una brandada de bacalao, un cocido, ajoarriero… lo comentado, recetas tradicionales para tomar en dos bocados. El exceso lo hemos encontrado en las presentaciones ‘ahumadas’ o en neblina, es decir, el uso de hielo seco, lo que representa que al servir el plato al comensal se envuelve en eso, una especie de niebla, en ocasiones con infusión de aromas. Puede quedar bonito, pero ¿es lo que realmente queremos cuando vamos de pinchos?.
La variedad de platos, vasos u otros tipos de soporte para servir los pinchos la podéis ver en las fotos, se han continuado viendo latas y botellas de vino o de cerveza, troncos, cañas de bambú e incluso una carretilla de obra. En fin, lo hemos pasado muy bien, un año más, también disfrutan mucho los cocineros participantes, a pesar de los nervios que experimentan cuando presentan su tapa, son dos o tres jornadas de hermanamiento con los restaurantes de Valladolid, de compartir cocina, mesa y compañía.
Desde aquí, aprovechamos para felicitar a todos los implicados en la organización y el buen desarrollo del Concurso Nacional de Pinchos de Valladolid, quienes son, ya lo saben. ¡Nos vemos en la novena!