Asistir al Concurso de Pinchos y Tapas Ciudad de Valladolid es uno de nuestros alicientes año tras año por muchos motivos, nos mueve la pasión por la cocina, por la gastronomía en general, por la buena mesa y por compartirla, por las personas que hay detrás de ello, porque en Valladolid hemos hecho amistad con grandes cocineros, periodistas, bloggers, aficionados a la gastronomía… Durante tres días nos enfundamos la piel del cocinero, del que quiere mostrar su labor en los fogones, expuesta en su establecimiento para quien desee que llevarse un bocado (valga la redundancia) a la boca, y que se transforme en algo más que aportar energía al organismo que lo va a consumir. Como cocinero o comensal, ¿hay amor más sincero que el amor a la comida?
No vamos a ‘filosofar’, pero no podemos dejar de expresar nuestra satisfacción al volver a experimentar que detrás de grandes eventos como el Concurso de Pinchos y Tapas Ciudad de Valladolid (y en muchos otros) hay raíces de la cultura gastronómica que permiten perpetuarla y que debemos valorar como lo que más. Muchos podrían decir que el fútbol mueve masas, pero ¿qué hacen estas masas sin algo que comer o beber mientras disfrutan viendo el partido?
Nos reiteramos, no vamos a filosofar, vamos a hablar o mejor dicho, a mostraros una parte de nuestra experiencia en un concurso de creatividad de pinchos y tapas pensadas para provocar el disfrute del comensal, que se celebra desde hace siete años en Valladolid. Empezamos por la primera jornada, porque como os comentamos, son 66 cocineros los que participan en este certamen presentando sus creaciones en tres sesiones en las que hay un prestigioso jurado, presidido por Pedro Subijana.
En esta primera entrega del Concurso Nacional de Pinchos y Tapas Ciudad de Valladolid 2011, os mostramos los primeros 22 pinchos y tapas presentados en la mañana del 8 de noviembre (también os mostraremos el resto), podéis verlos en la galería de imágenes con el nombre de la creación, en ocasiones muy descriptiva y en otros casos orientativa.
Podemos valorar en esta primera sesión del concurso un elevado nivel de creatividad que comulga con la tendencia gastronómica de respetar el producto local y de temporada, lo que se traduce como el retorno a la gastronomía o a la cocina dedicada al producto y no al capricho del comensal que en muchas ocasiones provoca pérdida de sabor.