Hemos conocido un estudio japonés en el que se profundiza en la comprensión de la relación entre el desperdicio de alimentos, el cambio climático y el envejecimiento de la población. Como sabemos, la producción de alimentos es un aspecto fundamental de la civilización humana, pero su ineficiencia está causando una crisis a nivel mundial, que afecta tanto al medio ambiente como a la seguridad alimentaria.
Se calcula que aproximadamente un tercio de todos los alimentos producidos en el mundo se desperdician, lo que indudablemente supone un grave problema, y más sabiendo que problemas como el hambre y el cambio climático son desafíos persistentes. En este sentido, el equipo de investigadores japoneses de la Universidad Ritsumeikan, ha proporcionado una nueva perspectiva sobre cómo el envejecimiento de la población influye en el desperdicio de alimentos y en sus emisiones asociadas de gases de efecto invernadero.
El desperdicio alimentario es responsable de hasta el 10% de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial, debido a la energía y los recursos que se utilizan para la producción de alimentos que al final no se consumen, así como a la producción de metano cuando parte de estos alimentos terminan descomponiéndose en los vertederos. Hay que tener en cuenta que se calcula que más del 40% de las frutas y verduras que se producen a nivel mundial, se pierden antes de llegar a la mesa de los consumidores.
En esta investigación, los expertos han analizado el desperdicio de alimentos en los hogares japoneses, centrándose especialmente en la relación entre la persona que ocupa la posición de liderazgo o autoridad dentro de una unidad familiar (cabeza de familia), y el desperdicio de alimentos. Según los resultados, aquellos hogares con un cabeza de familia de mayor edad, tienden a desperdiciar casi el doble de alimentos en comparación con los hogares con un cabeza de familia más joven. Para los expertos, este patrón sugiere que el envejecimiento de la población, podría ser un factor clave que influye en las estrategias para la lucha contra el desperdicio de alimentos. Claro, que todo depende del país, recordemos que en España son los jóvenes los que más desperdician.
El aumento del desperdicio alimentario entre las poblaciones de mayor edad no sólo contribuye a las emisiones de gases de efecto invernadero, también agrava los problemas relacionados con la seguridad alimentaria. Dado que existe un número creciente de personas mayores en muchas sociedades del mundo, los expertos consideran importante entender los patrones de consumo y de desperdicio como algo esencial para diseñar políticas que sean efectivas y capaces de reducir el desperdicio de alimentos y sus consecuencias medioambientales.
Los investigadores explican que el envejecimiento de la población es un factor clave que debe ser considerado en las estrategias para luchar contra el desperdicio alimentario, y es que este aspecto oculto se vuelve fundamental a medida que la sociedad busca abordar el cambio climático. Para abordar el desperdicio de alimentos de una manera efectiva, es necesario implementar estrategias específicas que tengan en cuenta las diferencias demográficas, así como las preferencias alimentarias de las diferentes generaciones. Algunas estrategias incluyen las campañas educativas que tienen el cometido de concienciar sobre la planificación de las comidas y la correcta conservación de los alimentos, algo que puede ayudar a los consumidores a reducir el desperdicio alimentario y ya sabemos que cada pequeño esfuerzo marca diferencias.
Las intervenciones específicas, dado que determinados alimentos como carnes y verduras son más propensos al desperdicio, se deben desarrollar mediante programas dirigidos a estos grupos para optimizar su uso y minimizar la pérdida. La creación de políticas públicas son también necesarias, especialmente aquellas que incentiven la reducción del desperdicio y promuevan prácticas agrícolas sostenibles, pueden ser una vía eficaz para abordar el problema a gran escala.
Los expertos comentan que el desperdicio de alimentos es un desafío multidimensional que necesita una atención urgente y estrategias integrales para su reducción, se debe abordar el problema desde múltiples perspectivas y niveles, combinando recursos, conocimientos y diferentes acciones de diversas áreas. A medida que la población mundial envejece, es crucial considerar su influencia en el desperdicio de alimentos y emisiones asociadas, y sólo a través de un enfoque colaborativo que involucre a los consumidores, las empresas, los agricultores y los responsables de desarrollar políticas, se puede avanzar hacia un futuro más sostenible, donde el desperdicio de alimentos se logre minimizar y los recursos mundiales se utilicen de un modo más eficiente.
Podéis conocer todos los detalles de la investigación a través de este artículo de la página de la Universidad Ritsumeikan, y en este otro publicado en la revista científica Nature.
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