Las micotoxinas como, por ejemplo, las aflatoxinas y las fumonisinas, son sustancias tóxicas que generan diferentes especies de hongos que aparecen en cultivos que suelen estar expuestos durante bastante tiempo a un elevado nivel de humedad, aunque también aparecen en cultivos que tienen sequías severas y otras condiciones medioambientales que suelen darse en países de climas cálidos y húmedos, como es el caso de muchos países en vías de desarrollo.
Estas sustancias tóxicas pueden provocar todo tipo de problemas de salud en el ser humano, alteraciones del sistema digestivo y de la metabolización de los nutrientes, retraso del crecimiento de los niños, cáncer de hígado, etc., de ahí que sea necesario tomar medidas contra la contaminación por micotoxinas. A través del siguiente vídeo podréis saber cómo supervisa, evalúa y gestiona la EFSA los riesgos de las micotoxinas que, debido al cambio climático, se están convirtiendo en un problema y en un riesgo para la salud humana y animal.
La EFSA (Agencia de Seguridad Alimentaria de la Unión Europea) explica que el clima cambiante puede afectar y, de hecho, afecta a la producción alimentaria mundial, la sequía reduce el rendimiento de los cultivos, las lluvias y otros eventos meteorológicos pueden afectar a las producciones e interrumpir el comercio alimentario mundial, las plantas y animales se vuelven más susceptibles a sufrir plagas y enfermedades, etc., de ahí que la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) apuntara la necesidad de que se tuviera en cuenta el cambio climático en la producción de alimentos.
Un clima más cálido y húmedo genera moho y hongos en los cultivos, responsables de la producción de micotoxinas, como las aflatoxinas producidas por el Aspergillus flavus, un hongo alergénico que aparece, sobre todo, en las plantaciones de maíz o cacahuetes. Estas sustancias tóxicas presentes en los alimentos, sea durante su producción o almacenamiento, deben ser evaluadas y controladas a fin de proteger a los consumidores. Los expertos comentan que ante unas condiciones favorables para los hongos, se puede generar una gran cantidad de estas toxinas que se acumulan en los alimentos, que a su vez son ingeridas por animales y seres humanos.
En la última década se ha acusado notablemente el cambio climático y la contaminación por aflatoxinas se ha extendido al sur de Europa durante los veranos húmedos y calurosos, afectando especialmente a los cultivos de maíz, con micotoxinas cancerígenas y genotóxicas, capaces de deprimir el sistema inmunológico de animales y seres humanos. Los expertos de la agencia comentan que el cambio climático es un auténtico desafío para las personas que trabajan con estas sustancias tóxicas, ya que el aumento de las temperaturas da lugar a un aumento del dióxido de carbono y a una alteración en la distribución de la lluvia, lo que significa que se enfrentarán a cambios en el comportamiento de mohos y hongos en el futuro.
Como parte del sistema de seguridad alimentaria europeo, la EFSA se encarga de evaluar los potenciales riesgos de las micotoxinas en el maíz y en otros cultivos en toda Europa. Desde el año 2002 se han realizado 25 evaluaciones de riesgo de micotoxinas, evaluaciones que aconsejan a la Comisión Europea y los Estados miembros, estableciendo la legislación oportuna para proteger a animales de granja y consumidores. Claro, que esto se podría cuestionar, ya que en 2009 la agencia anunciaba que avalaba el aumento de los niveles de aflatoxinas en determinados frutos secos. El informe que entonces realizó la EFSA, estaba sujeto a la intención de la Comisión Europea de elevar los actuales límites máximos de aflatoxinas pasando de 4 a 10 microgramos con el fin de facilitar el comercio internacional.
En el vídeo se explica que los países comunitarios envían datos sobre las micotoxinas a la EFSA, datos que se utilizarán en las evaluaciones de riesgo que realiza la agencia. Por otro lado, se financian varios proyectos de investigación para la recopilación de datos o para nuevas investigaciones cuando se identifican lagunas en los resultados de las evaluaciones de riesgo. Todos los datos que se recopilan son analizados y se utilizan para predecir los futuros niveles de micotoxinas en los cultivos, la EFSA cuenta con un mapa actual de la situación de los niveles de micotoxinas y otros dos predictivos, uno con un escenario de un aumento de 2º C en las temperaturas, y otro con 5º C.
Según las predicciones, el primer escenario es el que está relacionado con una mayor probabilidad de contaminación por aflatoxinas, siendo el sur de Europa donde se establece el mayor riesgo de producir maíz contaminado superando los actuales límites legales. Por ello, se apunta que es necesario minimizar la contaminación por micotoxinas mediante una gestión diferente de los cultivos y el almacenamiento. El vídeo es un resumen interesante del trabajo realizado por la EFSA en relación a los riesgos de las micotoxinas, aunque no se aclara el tipo de gestión que se lleva a cabo para minimizar dichos riesgos.