Elegir un único turrón favorito es una misión imposible para nosotros, ya que cada variedad tiene su propio encanto y sabor inigualable. Desde la suavidad y untuosidad del turrón de Jijona, hasta la firmeza y dulzura del turrón de Alicante, pasando por la delicadeza caramelizada del turrón de yema quemada, la cremosidad del de nata-nueces y el toque crujiente del de Guirlache. Cada uno ocupa un lugar especial en nuestras preferencias, adaptándose a diferentes momentos y gustos durante las celebraciones navideñas. Es un auténtico placer disfrutarlos todos.
Y qué satisfactorio es poder decir de unos dulces tradicionales que llevan toda la vida acompañándonos, que nos parecen igual de exquisitos que el primer día. Eso no lo consigue cualquiera, ni cualquier cosa que se procese hoy en día en una cocina. Merece la pena entonces rendir tributo a los turrones tradicionales, ¿verdad?
Hoy nos enfocamos concretamente en uno de los que no perdonamos ninguna Navidad, de hecho, el turrón de yema tostada es de los que comemos más de dos tabletas durante las fiestas, pero siempre procuramos que sean artesanos, pues son los que están verdaderamente deliciosos, no saben sólo a azúcar, como muchos de los de producción industrial.
Puede parecer que hacer turrón de yema tostada (o quemada) es complicado. Que conseguir que sea crujiente, tostado y sabroso por fuera y cremoso y suave en su interior, resulte una misión imposible. Pero confiad, es más fácil de lo que parece. Por eso os vamos a explicar cómo se hace el turrón de yema tostada en casa o en cualquier cocina convencional.
Pero antes, nos gustaría contaros lo que se sabe sobre la historia del turrón de yema, pues no hay un origen claro. No obstante, es fácil aceptar que este turrón nació para aprovechar las yemas de huevo que sobraban después de hacer los turrones blando y duro (de Jijona y de Alicante), cuya elaboración tradicional emplea sólo las claras de huevo.
La historia más popular es esta, que los maestros turroneros, después de hacer el turrón de almendras blando y duro en los que empleaban sólo las claras de los huevos, decidieron aprovechar las yemas preparando esa especie de mazapán con almendra, azúcar, agua y las yemas. Hay quien dice que empezaron a hacerlo los alicantinos y también hay quien asegura que los primeros fueron los catalanes.
Y también hay quien asegura que una cosa es el turrón de yema y otra es el turrón de yema tostada y que este último sí es una creación de un pastelero barcelonés que quemó el turrón inspirándose en un postre tradicional como es la Crema Catalana. Sea como fuere, este clásico turrón navideño si es de elaboración artesanal resulta verdaderamente exquisito, y os invitamos a que lo hagáis en casa, si es la primera vez, estad seguros de que vais a repetir.
¿Qué ingredientes lleva el turrón de yema tostada?
- 250 gramos de almendra molida
- 180 gramos de azúcar
- 60 gramos de agua
- 3 yemas de huevo (M)
- una pizca de sal
- piel rallada de limón (opcional)
- 2 gramos de canela en polvo.
Para la yema tostada
- 1 yema de huevo
- 3 c/s de azúcar.
¿Cómo se elabora el turrón de yema tostada?
Pon el agua con el azúcar en un cazo para hacer un almíbar si tienes un termómetro, debe alcanzar los 121º C.
En un bol pon la almendra molida, la canela, la piel de limón, la sal y las yemas de huevo. Cuando el almíbar esté listo, viértelo poco a poco sobre el preparado de almendra y ve mezclando hasta obtener una masa homogénea.
Coloca papel vegetal o film transparente en la base del molde de turrón, según el tipo de molde que utilices, para que después sea más fácil desmoldar.
Vierte el preparado de turrón de yema en el molde dejando la superficie bien lisa. Cubre con papel vegetal y pon encima unos bricks de leche u otro tipo de objeto que pese para que lo prense, y deja reposar 24 horas.
Tras este reposo, desmolda el turrón y cubre con la mezcla de yema de huevo y azúcar para tostarlo. Puedes hacerlo con una pala o quemador de azúcar tradicional, con el grill del horno o con un soplete de cocina. También puedes añadir un poco más de azúcar sobre la yema para que el caramelizado sea más rápido y crujiente.
Deja enfriar completamente y después envuelve el turrón de yema en papel vegetal y en una cajita apropiada, es fácil encontrar cajas para turrón casero en tiendas de menaje de cocina. Es importante guardarlo bien para que no se seque y se endurezca.
Lo que falta para terminar es lo que más nos gusta, comer y disfrutar, así que anímate a prepararlo y a compartir. ¡Buena cocina y buen provecho!
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